Alemania continúa, tras el receso estival, con la vuelta escalonada a las aulas propia del país, con tres centros cerrados por contagios con el coronavirus y en medio del debate por la obligatoriedad del uso de la mascarilla.
Este lunes retomaron las clases los alumnos de los estados federados de Schleswig-Holstein (noroeste), Brandeburgo (este) y la ciudad-estado de Berlín, con un plan de medidas higiénicas elaborado de manera individual por cada colegio de acuerdo a las indicaciones de su respectivo 'land' y adaptado a las características de cada centro.
En tanto, en Renania del Norte-Westfalia, el estado federado más poblado de Alemania, las clases comenzarán el miércoles.
Alemania retomaba la semana pasada la actividad escolar tras las vacaciones de verano a modo casi experimental con la reapertura de los colegios en Mecklemburgo-Antepomerania -una región esencialmente rural, donde la incidencia de la pandemia está siendo escasa-, así como en la ciudad-estado de Hamburgo.
Tras sólo cinco días de clase, el viernes pasado dos centros educativos en Mecklemburgo-Antepomerania se vieron obligados a cerrar por dos casos de coronavirus -una profesora en un instituto de secundaria y un alumno en una escuela primaria-.
En Schleswig-Holstein, donde unos 365.000 alumnos debían comenzar hoy el curso, una escuela de primaria decidió mantener cerradas sus puertas de manera preventiva hasta la semana que viene después de conocerse el positivo de una profesora, que había estado en contacto, además, con otros colegas durante la preparación del nuevo año escolar.
Imposición de la mascarilla
En tanto, el debate en torno al uso obligatorio de la mascarilla en las escuelas se intensifica a medida que los diferentes estados federados se van incorporando a la actividad escolar.
En Mecklemburgo-Antepomerania y Hamburgo la mascarilla es obligatoria -salvo en el interior del aula- en todos los centros educativos, a excepción de los de primaria.
En tanto, en Schleswig-Holstein, aunque las autoridades recomiendan su uso, descartan imponer su obligatoriedad debido al número relativamente bajo de contagios -3.586 en ese 'Land', con 158 muertos- y prefieren confiar en la responsabilidad de profesores y alumnos, según defendió anoche la ministra regional de Educación, Karin Prien, en el informativo de la televisión pública ZDF.
También la ciudad-estado de Berlín y el vecino 'land' de Brandeburgo (este), con unos 350.000 y 294.000 alumnos, respectivamente, iniciaron hoy las clases con obligatoriedad de mascarilla en los pasillos, escaleras y comedor, pero no en las aulas ni en el patio; a cambio queda suprimida la distancia mínima de 1,5 metros.
"Utilizar la mascarilla, lavarse las manos regularmente, limitar los contactos y otras medidas organizativas ayudarán a mantener el riesgo de infección en nuestros centros escolares al mínimo posible", es la apuesta de la responsable de Educación de Berlín, Sanda Scheeres, que compartió en una carta dirigida a los padres.
En Renania del Norte-Westfalia, la mascarilla será obligatoria para sus 2,5 millones de alumnos y para los de secundaria y de formación profesional, incluso dentro del aula.
El jefe del Gobierno de ese estado federado, Armin Laschet, defendió en el programa matinal de la ZDF la obligatoriedad
"Creo que es una medida de precaución correcta", sobre todo con el comienzo de curso y siempre ahí donde no se pueda guardar la distancia de seguridad, defendió.
Compromiso con la reapertura
En una rueda de prensa ordinaria, el portavoz del Gobierno federal, Steffen Seibert, recordó que los "Länder" decidieron de común acuerdo una "reapertura normal" de los colegios, con "ciertas medidas de protección e higiene" para contener la pandemia y con el objetivo de que los alumnos "puedan acudir al colegió con normalidad".
Reconoció que se trata de una "tarea exigente" y subrayó la necesidad de mantener el equilibro entre el derecho a la educación y la salud pública.
"Es responsabilidad de los 'länder' y esperamos que la asuman", agregó.