Los 190 jerarcas de la Iglesia católica que participan en la cumbre antipederastia que se celebra en el Vaticano desde el jueves hasta el domingo convocados por el Papa Francisco han entonado el 'mea culpa' en una liturgia penitencial.
"Confesamos que obispos, sacerdotes, diáconos y religiosos en la Iglesia hemos ocasionado violencia a niños y jóvenes, y que no hemos protegido a quienes más necesitaban de nuestra ayuda. Hemos protegido a los culpables y hemos silenciado a los que han sufrido el mal. Confesamos que no hemos reconocido el sufrimiento de muchas víctimas, ni hemos ofrecido ayuda cuando la necesitaban", reza la petición de perdón que ha leído el cardenal y arzobispo de Wellington (Nueva Zelanda), John Dew.
De este modo, durante la ceremonia, que ha sido presidida por el Papa Francisco, se ha reconocido la culpa de los miembros de la Iglesia en los abusos y se ha pedido perdón a los abusados.
Mensaje de la última víctima en intervenir
Durante la liturgia, la última de las víctimas que ha participado en la cumbre antipederastia ha lanzado un mensaje: "Un abuso, de cualquier tipo, es la mayor humillación que un individuo puede sufrir".
Así, el joven chileno víctima de abusos por parte del clero ha explicado su experiencia durante este acto que concluye los trabajos de debate de la cumbre anti pederastia del Vaticano y ha señalado que "un abuso, de cualquier tipo, es la mayor humillación que un individuo puede sufrir".
"Uno debe enfrentarse al hecho de tener conciencia de no poder defenderse de la fuerza superior del agresor. No se puede escapar de lo que sucede, pero se debe soportar, no importa lo feo que sea", ha señalado este joven de Chile, que ha sido el octavo testimonio que han escuchado los participantes de esta decisiva cita para atajar las agresiones a menores por parte de sacerdotes.
"Desearía que los agresores pudieran entender que son capaces de crear esta división en las víctimas. Por el resto de nuestras vidas", ha agregado ante los presentes en la Sala Regia del Vaticano.
'Tolerancia 0'
El arzobispo de Tamale ha advertido de que esta reunión "solo un paso entre muchos" ya que todavía quedan "muchas dificultades" en la senda de la 'tolerancia 0' que pretende erradicar la lacra de la pederastia.
Para el religioso se han hecho "diferentes progresos" y, según la diócesis, se han alcanzado "diferentes velocidades". Por ello, ha subrayado que todos los obispos y superiores de órdenes y congregaciones religiosas tienen un "largo camino por delante para aplicar todo esto de forma sostenible y adecuada".
Durante su homilía, ha comparado el camino que debe emprender la Iglesia con la parábola del hijo pródigo en el Evangelio. "Para él la situación empieza a mejorar cuando decide ser muy humilde, realizar tareas muy sencillas, y no exigir ningún privilegio.