Israel ha anunciado este domingo que un soldado de la Armada ha muerto en el norte del país durante el ataque de cientos de cohetes y drones explosivos de Hizbulá, en el que también han resultado heridos otros dos militares que se encuentran en estado leve y moderado, respectivamente. El líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrala, ha anunciado que la ofensiva se ha producido como respuesta al asesinato de su máximo comandante, Fuad Shukr, y que le objetivo era la base israelí de Gilot, cerca de Tel Aviv.
El fallecido ha sido un sargento primero de 21 años, David Moshe Ben Shitrit. "Identificamos un objetivo primario para la operación en el interior de Israel, que es la base de Gilot", confirmó el clérigo chií, que agregó que se trata de unas instalaciones de la inteligencia militar israelí a unos 110 kilómetros de la frontera con el Líbano y a 1,5 de Tel Aviv.
En concreto, sus aviones no tripulados se dirigieron a la base del principal departamento de inteligencia militar israelí, Aman, y a la Unidad 8.200, explicó el jefe de Hizbulá en un discurso televisado.
"Nuestra información indica que una serie de drones alcanzaron ambos objetivos especificados, pero el enemigo lo está manteniendo en secreto, como es habitual", defendió.
Con casi un mes de demora, la formación libanesa respondió esta madrugada al bombardeo israelí que el pasado 30 de julio mató a Shukr y a otras seis personas a las afueras de Beirut, si bien inicialmente no especificó cuál fue el objetivo principal de su venganza.
Esta mañana, Hizbulá se limitó a anunciar que había lanzado más de 300 proyectiles contra once cuarteles y bases del Ejército israelí cercanos a la divisoria común, como maniobra para despistar a las defensas antiaéreas y permitir que sus drones ingresaron a lo "profundo" del territorio israelí.
Las autoridades del país vecino ya creían que el grupo había tratado de alcanzar Gilot.
"Controlamos nuestra respuesta de forma que el objetivo no fuera civil ni infraestructura perteneciente al enemigo, y de forma que el objetivo fuera militar y tuviera una conexión con la operación de asesinato" contra Shukr, destacó Nasrala durante su intervención.
Oriente Medio ha estado conteniendo el aliento durante las últimas casi cuatro semanas a la espera de la respuesta que daría el grupo libanés al bombardeo de finales de julio y a la que ha prometido dar Irán al asesinato del líder político del movimiento islamista palestino Hamás, Ismail Haniyeh.
Hizbulá ha asegurado que la de este domingo fue solo la "primera fase" de su venganza, aunque sus limitados efectos han ayudado a apaciguar los miedos a una guerra abierta en el Líbano y a confirmar que ninguna de las partes está interesada en una escalada de envergadura.