El bloque de derechas que encabeza el ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu tendrá mayoría absoluta en la Knesset (Parlamento) tras las elecciones legislativas celebradas este martes, según el recuento oficial prácticamente concluido, que sitúa al Likud y a sus potenciales aliados con unos 65 escaños. El Parlamento cuenta con 120 escaños, por lo que Netanyahu necesitaba garantizarse al menos 61 para confirmar su vuelta al poder medio y año después. La Comisión Electoral concede al Likud 31 legisladores, mientras que su principal apoyo, el ultraderechista Sionismo Religioso, figura con 14, un hito inédito en la historia de la extrema derecha en Israel.
El líder de Sionismo Religioso, Itamar Ben Gvir, ha prometido que con él habrá un Gobierno "completamente de derechas", a la espera de ver cómo encaja en su previsible faceta de ministro su discurso antiárabe. "Trabajaré para todos, incluso para quienes me odian", ha dicho este martes, según 'Times of Israel'. El centrista Yesh Atid, el partido del primer ministro saliente, Yair Lapid, figura en segunda posición con 24 escaños, pero su subida no basta para compensar el retroceso de otros socios, como Meretz, que ha quedado fuera de la Knesset al no haber superado por poco el 3,25 por ciento de los votos.
Unidad Nacional, la formación que lidera el actual ministro de Defensa, Benny Gantz, aparece en el recuento provisional con 12 diputados, los mismos que obtendrían los ultraortodoxos de Shas. Completan los partidos con representación parlamentaria el también ultraortoxo Judaísmo Unido por la Torá (ocho escaños), el Yisrael Beytenu de Avigdor Lieberman (cinco), Raam (cinco), la lista árabe Hadash-Taal (cinco) y los laboristas (cuatro). Los resultados finales no se esperan hasta el jueves, aunque con las actuales previsiones sobre la mesa todo apunta a que Netanyahu, con varias causas judiciales pendientes por corrupción, volverá al cargo que ya ostentó entre 1996 y 1999 y entre 2009 y 2021.
Temor en los palestinos
La Autoridad Palestina ha reclamado este miércoles "protección" a la comunidad internacional ante la previsible victoria de la coalición de derechas que encabeza Benjamin Netanyahu en las elecciones legislativas israelíes y que llega acompañada del ascenso de un partido abiertamente antiárabe como Sionismo Religioso.
El primer ministro palestino, Mohamed Shtayé, teme "políticas agresivas" tras el futuro ascenso al poder de "partidos racistas", según un comunicado recogido por la agencia DPA. "No teníamos esperanza de que las elecciones diesen como resultado un socio para la paz", ha admitido. Shtayé ha asegurado también que apenas hay divergencias entre los partidos políticos en Israel, en la medida en que serían equiparables "a la diferencia que hay entre una Pepsi y una Coca-Cola", por lo que ha prometido seguir combatiendo la ocupación y trabajar en favor de un Estado palestino independiente.