China sigue tratando de controlar la oleada de rebrotes de coronavirus de la variante ómicron cerrando algunas de las ciudades más grandes del país. Algunas de las restricciones impuestas en estos territorios han irritado a parte de la población y desatado protestas, como en Shanghái, el epicentro de esta nueva ola de contagios. China, que aplica una severa política de "tolerancia cero" hacia el nuevo coronavirus, atraviesa su peor momento de la pandemia desde la primera mitad de 2020.
En concreto, la Comisión Nacional de Sanidad de China confirmó ayer la detección de 3.896 nuevos positivos al coronavirus SARS-CoV-2 en la víspera, 3.867 de ellos por contagio local y el resto, importados. Las provincias con mayor número de casos de transmisión comunitaria fueron Shanghái (3.590) Jilin (195), Heilongjiang (25) y Cantón (24), informa Efe.
Las autoridades sanitarias también informaron de la detección de 20.895 casos asintomáticos, 20.813 de ellos locales (la mayoría en Shanghái), aunque Pekín no los computa como casos confirmados a menos que manifiesten síntomas. Los 29 contagios restantes, hallados entre viajeros procedentes del extranjero, se detectaron en diversas regiones del país. El número total de contagiados activos en la China continental asciende a 25.956, 74 de ellos en estado grave.
Según las cuentas de la institución, desde el inicio de la pandemia, se han infectado 178.764 personas en el país y fallecido 4.638, las últimas dos en marzo pasado, que fueron las primeras muertes contabilizadas en más de un año. Hasta la fecha se ha realizado seguimiento médico a más de 2,8 millones de contactos cercanos con infectados, de los cuales 438.427 continúan en observación.
Protestas en Shanghái
En Shanghái, las autoridades han flexibilizado las que confinaban a la mayoría de sus 25 millones de habitantes en sus hogares tras las protestas y quejas de los ciudadanos por los problemas para conseguir comida. Pero la mayoría de los negocios siguen cerrados, según Associated Press. Una de las decisiones de las autoridades chinas que ha desatado la ira de la población de Shanghái es la conversión de edificios residenciales en centros de cuarentena para albergar a los contagiados. De hecho, en una retransmisión en directo realizada el jueves por la tarde en la plataforma de mensajería china WeChat, se pudo ver a unas 30 personas vestidas con trajes de protección sanitario y con la palabra 'policía' escrita peleando con otras personas en el exterior de un complejo de viviendas, informa Reuters.
La nueva oleada del coronavirus podría afectar también a la siembra de primavera, que alimenta a 1.400 millones de personas. Esto podría elevar la demanda de trigo importado y de otros alimentos, elevando aún más los precios mundiales. Por otro lado, la decisión de las autoridades locales de confinar varias zonas del Área Económica del Aeropuerto de Zhengzhou, en la provincia de Henan (centro), pone en aprietos a la mayor planta mundial de ensamblaje de teléfonos móviles iPhone que se encuentra allí, perteneciente a Foxconn Technology.