China comienza a sufrir los efectos económicos del brote de gripe aviar, que ya ha costado la vida a nueve personas. Desde las pequeñas granjas rurales hasta el lujoso hotel Four Seasons de Shanghái, el comercio online de pollos se ha prohibido en toda la provincia, según publicó este jueves el diario The Washington Post, en base a datos de la plataforma Taobao Marketplace. Además, algunas empresas chinas comienzan a cancelar sus viajes de negocios o reuniones en la región afectada.
El estallido de una nuevo tipo de grive aviar (H7N9) se ha saldado hasta ahora con 33 personas hospitalizadas, incluyendo los nueve fallecidos, según fuentes gubernamentales. Los casos de infección se limitan al este de China, con especial virulencia en la capital financiera del país, Shanghái.
El miedo y la alarma van calando en la sociedad y los empresarios, que empiezan a tomar medidas. “El Four Seasons fue uno de los primeros hoteles de lujo de Shanghái en eliminar el pollo de su menú. Algunas escuelas internacionales de la ciudad también han prescindido de los huevos y las aves en sus comedores y han comenzado a tomar la temperatura a todas las personas en sus instalaciones. Incluso la cadena estadounidense de pollo frito KFC, una de las más asentadas en el país, ha sufrido una notable caída en las ventas”, explica el artículo.
Llueve sobre mojado en el caso de KFC, que acaba de superar una ‘tormenta mediática’ a raíz de los antibióticos encontrados en sus productos, y que ya le habían provocado pérdidas del 16% respecto al año anterior. Este miércoles, la firma que comercializa KFC, Yum Brands, emitía un comunicado asegurando que “durante la semana pasada, la publicidad asociada a la gripe aviar en China ha tenido un impacto significativo y negativo en las ventas de KFC".
Sin embargo, habría un sector que se podría beneficiar de la situación: el comercio online. “Los temores a la infección provocan que mucha gente decida quedarse en casa y comprar por internet”, asegura a Bloomberg Cao Lei, director de la Hangzhou China. “El brote de Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS) de 2002 y 2003 fue el trampolín definitivo para el comercio electrónico en China”.
Más transparencia por parte de las autoridades
Conscientes del malestar general que produjo el secretismo con el que el Gobierno manejó hace una década la epidemia de SARS, esta vez las autoridades se muestra mucho más comunicativas, publicitando las medidas de choque adoptadas, especialmente en lo que al cierre de granjas avícolas se refiere.
“No obstante, los ciudadanos chinos siguen cuestionando a través de redes sociales y de Internet si están recibiendo toda la información sobre el virus”, concreta. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) insisten en no tener pruebas de que el virus pueda contagiarse de un humano a otros.
“Por el momento, los productos avícolas que proceden de otras regiones de China no se han visto afectados por la moratoria. No obstante, desde el portal Taobao advierten de que si reciben nuevas indicaciones de las autoridades, se procederá a suspender el comercio de aves de otras procedencias”, relatan los autores del artículo.
Las aves se venden en granjas, principalmente a compradores individuales. Los productores de explotaciones avícolas no comprenden la suspicacia de los consumidores, ya que las aves permanecen vivas hasta el mismo momento de la venta, cuando son sacrificadas y envasadas al vacío. Aun así, un agricultor rural en la provincia de Zhejiang reconoce al diario que sus ventas han caído de unas 100 aves al mes a “prácticamente cero”.