China invita a los líderes europeos a reunirse con Xi Jinping en Pekín en noviembre. El presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; el primer ministro de Italia, Mario Draghi; y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez están llamados a acudir a reunirse con el máximo mandatario del gigante asiático, según ha informado el South China Morning Post citando fuentes gubernamentales. Los cuatro dirigentes europeos deben aún aceptar la invitación.
Estos viajes marcarán la vuelta a Pekín de los líderes occidentales europeos tras casi tres años de medidas covid cero chinas, que impedían encuentros diplomáticos como éste en persona. La fecha propuesta para el encuentro estaría justo tras el vigésimo Congreso del Partido Comunista de China, que se celebrará en octubre. Coincidiría con la cumbre del G20 en Bali. Todo apunta a que Xi renovará un tercer mandato como presidente.
"Acalorado debate en Francia"
Según las fuentes citadas por el diario, un "acalorado debate" se está desarrollando en París sobre cómo reaccionar a esta invitación, pero los líderes europeos son favorables al diálogo con China en asuntos como el conflicto de Ucrania, seguridad alimentaria y relaciones económicas. En septiembre, el ministro de asuntos exteriores chino pasará por el continente europeo en su camino hacia la reunión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. En su estancia en Europa, estará preparando las reuniones de alto nivel que Pekín piensa celebrar con los líderes europeos.
Durante la pandemia, las relaciones bilaterales entre la Unión Europea y China se han deteriorado, con importantes desencuentros con respecto a las alegaciones de abusos de derechos humanos contra la etnia uigur, la represión de las protestas en Hong Kong y las tensiones en torno a Taiwán. El puesto de embajador de China para la Unión Europea ha estado vacante desde diciembre. El pasado mes de abril, una reunión virtual entre el Gobierno chino y los dirigentes de las instituciones de la UE fue descrita por Josep Borrell como el "un diálogo de sordos", después de percibir que Pekín había ignorado las peticiones de Bruselas de ayudar a detener la agresión rusa a Ucrania.