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La UE se fractura ante el caos en el suministro de vacunas: "No podemos sentarnos a esperar a Bruselas"

"Estoy vacunado". Con esas palabras, acompañadas por varias fotografías, el primer ministro de Hungría, Víktor Orban, anunciaba el pasado 28 de febrero en redes sociales que había sido inoculado contra

  • El primer ministro de Hungría, Víktor Orban, vacunado contra el coronavirus con la vacuna china.

"Estoy vacunado". Con esas palabras, acompañadas por varias fotografías, el primer ministro de Hungría, Víktor Orban, anunciaba el pasado 28 de febrero en redes sociales que había sido inoculado contra el coronavirus con el fármaco chino Sinopharm, que no está autorizado por la Unión Europea. Lo que podría parecer una provocación más del dirigente húngaro es en realidad una muestra más, pero no la única, de la fractura que se está produciendo en el seno de la UE ante los retrasos en el suministro de las vacunas adquiridas por Bruselas.

Varios estados miembros han decidido desmarcarse de la estrategia común y han empezado a actuar por su cuenta, mirando hacia otras potencias como Rusia, China o Israel para acelerar la vacunación en sus propios países. "Estamos empezando a ver que se resquebraja la convergencia de las medidas conjuntas que había adoptado la UE en materia de vacunación", afirma Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en declaraciones a Vozpópuli.

"La compra conjunta liderada por Bruselas ha sido una buena medida para evitar que se repita lo que ocurrió con la compra de mascarillas hace un año, pero el incumplimiento por parte de las farmacéuticas en el suministro de las vacunas adquiridas está haciendo que algunos países comiencen a adoptar medidas divergentes", añade este epidemiólogo mexicano.

República Checa y Eslovaquia han firmado contratos para adquirir la vacuna rusa Sputnik V, que aún no ha sido aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), y que ya está siendo suministrada, junto al antígeno chino que recibió Orban, también en Hungría. Por su parte, Austria y Dinamarca anunciaron el pasado martes un acuerdo con Israel para trabajar conjuntamente en la producción de fármacos contra las nuevas mutaciones del coronavirus, con el objetivo, según el primer ministro austriaco, Sebastian Kurz, de "dejar de depender en el futuro de la Unión Europea" en el campo de la vacunación.

"Vamos muy lentos con la vacunación y no podemos simplemente sentarnos a esperar a que las empresas farmacéuticas nos las vendan. Si hay capacidad de producir más vacunas en países, como Dinamarca y Austria, y Bruselas no puede garantizar un suministro más rápido, deben hacerlo los países", opina el epidemiólogo Jeffrey Lazarus, jefe del Grupo de Investigación de Sistemas de Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

"Lo importante es vacunar lo más rápido posible. Si hay países europeos con capacidad de llegar a acuerdos con otros países o empresas para producir, distribuir y suministrar vacunas es más posible que se acelere la vacunación", añade este epidemiólogo estadounidense.

Bruselas se defiende

Tras el anuncio de Austria y Dinamarca, la Comisión Europea insistió en defender que su estrategia de inmunización, consistente en cerrar acuerdos con las farmacéuticas en nombre de los Veintisiete, ha permitido comprar un total de 2.500 millones de dosis de vacunas y permitirá inmunizar al 70% de la población de la UE antes de que concluya el verano.

Además, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, avisó de que ningún país de la UE puede considerarse "autónomo" a la hora de poner en marcha una campaña de vacunación contra el coronavirus.

"Si Dinamarca y Austria empiezan a producir vacunas y con ello consiguen inmunizar más rápido a sus ciudadanos, acabará siendo beneficioso para el resto de países de la UE, porque las vacunas que produzcan después de alcanzar la inmunidad de grupo las podrán poner a disposición de otros estados miembros", añade Lazarus.

A la espera de las vacunas de Rusia y Johnson & Johnson

Ante la lentitud en el suministro de las vacunas adquiridas, los expertos creen que la aprobación por parte de la UE de la vacuna rusa Sputnik V, que la EMA comenzó a analizar la semana pasada, y de la comercializada por Johnson & Johnson, que espera recibir autorización el próximo 11 de marzo, será esencial para acelerar el ritmo de vacunación. De recibir luz verde de las autoridades sanitarias europeas, serían ya cinco las vacunas autorizadas por la UE junto a las de Pfizer, AstraZeneca y Moderna.

"Lo importante es que la Agencia Europea del Medicamento apruebe pronto la vacuna de Johnson & Johnson y que se revise ya la rusa, que se está usando en otros países y está demostrando una eficacia similar a las vacunas europeas y estadounidenses", indica López Acuña, quien cree la Comisión Europea "se tiene que mover ágilmente en la aprobación de ambas vacunas" y señala que a Bruselas le "ha faltado más liderazgo como autoridad sanitaria única".

"Estamos en un continuo forcejeo entre los países miembros. La tendencia de ir cada uno a su aire la vimos antes con las mascarillas, con las restricciones y con el cierre de fronteras. Ahora ha llegado a la producción, el suministro y la distribución de vacunas", añade el exdirector de Acción Sanitaria de la OMS.

El pasaporte covid, nuevo foco de divergencias

Las divergencias entre los países miembros también están siendo manifiestas en el debate del llamado pasaporte covid, un certificado digital propuesto por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, para "facilitar los movimientos dentro de la UE y al exterior" de aquellos viajeros que hayan sido vacunados contra el coronavirus, pero también de aquellos que cuenten con anticuerpos o acrediten un resultado negativo en un test antes de viajar.

Una medida que no termina de convencer a los expertos ante la falta de evidencias científicas que demuestren en qué grado las personas pueden vacunadas pueden transmitir el virus. La vacuna protege en distintos grados, especialmente evita los casos graves y las hospitalizaciones, pero no hay ninguna garantía de que la persona vacunada no pueda contagiar.

"La vacuna protege de la enfermedad, pero no del virus. No sabemos aún exactamente si se transmite el virus o no estando vacunado. El pasaporte covid no es la solución porque puede crear falsas expectativas. Hay que tener cuidado. El pasaporte es una parte del puzle, pero no la solución única a la pandemia. Lo importante es acelerar la vacunación", advierte Jeffrey Lazarus.

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