El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado este lunes el retraso de la reforma hasta el verano después de llegar a un acuerdo con el ultraderechista Itamar Ben Gvir, líder del partido Otzma Yehudit y actual ministro de Seguridad Nacional después de que este amenazara con dejar del Gobierno de coalición si paralizaba la medida. El líder del ala más conservadora del Gobierno de coalición ha accedido a retrasar la reforma judicial a cambio de la formación de una "Guardia Nacional" bajo el Ministerio de Seguridad Nacional que lidera, una medida podría ser aprobada en la próxima reunión del gabinete de la coalición, ha informado el diario 'The Jerusalem Post'.
Miles de israelíes han tomado las calles en las últimas 48 horas en contra de la decisión del Gobierno de cesar al ministro de Defensa, Yoav Gallant, después de que éste pidiera que se suspendiera la tramitación de la reforma judicial. Una reforma muy polémica por la reducción de garantía en el sistema judicial del país con medidas como el cambio de criterio en los asesores del Gobierno, que pasarían a ser abogados elegidos a dedo en lugar de independientes, o el uso de la mayoría simple de 61 de los 120 diputados para revocar decisiones del Supremo cuando estas impliquen revertir o modificar leyes.
Colapso de las calles por las protestas
La coalición de extrema derecha liderada por el Primer Ministro, Bejamín Netanyahu, se ha enfrentado a uno de los peores momentos de su historia tras la salida de más de 600.000 personas a la calle que han pedido la retirada de la tramitación con la consecuente represión policial. La protesta ha sido de tal calibre que ya se suspendieron los vuelos de algunos aeropuertos del país y el sindicato más grande de trabajadores anunció que daría pie a una huelga general si no se cancelaba la reforma.
Ante este panorama, el Primer Ministro de Israel ha decidido retrasar la reforma, según afirman medios israelíes, tras un acuerdo con el ala más conservadora de su Gobierno liderada por su ministro de Seguridad Nacional, el ultrarodoxo Ben-Gvir. La promesa del primer ministro israelí de crear una Guardia Nacional es más importante para Otzma Yehudit -partido de extrema derecha con un fuerte signo sionista religioso- que las garantías legislativas. Gvir quiere eliminar todos los obstáculos procesales y legales para implantar su proyecto de país y esta herramienta le daría poder directo a pie de calle.
De salir adelante, la reforma daría al Gobierno de Israel control total sobre el nombramiento de jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría casi al mínimo la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución.
Otras posturas en el Gobierno de Netanyahu
Mientras, son muchos los ministros que han apoyado el archivo de la tramitación de la reforma como el de Economía, el vicepresidente del Knesset (asamblea israelí, el ministro de Asuntos Estratégicos, el de cultura y el de la Diáspora. Quien se ha mostrado más prudente es el ministro de Justicia, Yariv Levin, que ha dicho que respetará la decisión del Primer Ministro. El presidente de Israel, Isaac Herzog, también ha insistido para detener inmediatamente la reforma ante el peligro de colapso: "Me dirijo al primer ministro, miembros del Gobierno y miembros de la coalición: los sentimientos son duros y dolorosos. Una profunda preocupación se cierne sobre toda la nación. Seguridad, economía, sociedad: todos están amenazados".
La polémica reforma ha llevado al filo del abismo al país por miedo a la erosión de las instituciones democráticas. Decenas de alcaldes han amenazado con hacer huelga de hambre e infraestructuras claves como el Puerto de Haifa ha suspendido durante este lunes sus operaciones. También, grupos empresariales del país han anunciado que cesarán su actividad temporalmente así como McDonald's, que cerrará sus tiendas al menos dos horas.