Este miércoles tuvo lugar el que podría ser uno de los peores naufragios recientes de las rutas migratorias en el Mediterráneo. Al menos 79 personas fallecieron al hundirse el pesquero en el que viajaban pakistaníes, afganos, egipcios y sirios en el mar Jónico, al suroeste de la cuidad griega de Pylos y 100 sobrevivieron a la tragedia. Se trataría de la mayor tragedia migratoria de la que hay noticias desde el naufragio de Lampedusa en 2015, fecha en la que la Fiscalía italiana anunció que habían desaparecido 850 personas en aguas de Sicilia. Aunque aún hay muchos cabos sueltos sobre el fatal desenlace, lo cierto es que ya se había alertado de la presencia de este navío atestado de gente el día anterior al naufragio: el día 13 de junio a las 9:35 de la mañana, 24 horas antes de que se perdiera en el mar.
Como informa el Alarm Phone en su cronología de los hecho, en la mañana del martes la activista en defensa de los Derechos Humanos, Nawal Soufi, alertó de la situación de un barco que albergaba al menos 750 personas, tal y como explicaron los mismos tripulantes, por lo que a juzgar por la cifra de rescatados y cuerpos encontrados el número de muertos podría ascender a casi 650 personas. La activista compartió la localización de dónde se encontraba la embarcación para alertar a las autoridades aunque se perdió la señal. En la tarde del martes, se sucedieron las llamadas angustiadas de los migrantes a bordo, que intentaron en reiteradas ocasiones compartir la localización exacta.
Sobre las 17 de la tarde de ese mismo día se avisó a las autoridades griegas por e-mail así como a Frontex y a la Agencia de la ONU de los Refugiados en Grecia. Un poco más tarde, los tripulantes informaron que el capitán del barco se había dado a la fuga con un "barco pequeño" y que necesitaban agua y comida. El barco dejó de moverse y empezaba a tambalearse. Más tarde, un buque mercante llamado 'Lucky Sailor' les proporcionó agua y se sucedieron varias llamadas infructíferas hasta casi la 1 de la madrugada, cuando la última llamada se cortó.
Como confirma la Guardia Costera Griega en sus reportes, el pesquero fue avistado con un vehículo aéreo de Frontex el martes a mediodía, aunque explican que no solicitaron asistencia. "En las llamadas telefónicas consecutivas de la Cámara de Operaciones al pesquero para brindarle asistencia, recibió respuesta negativa". "Posteriormente, un segundo barco se acercó a la embarcación para proporcionar suministros y asistencia, pero los extranjeros se negaron tanto a los suministros como a la asistencia", añaden en su comunicado.
A lo largo de la tarde llegaron barcos militares que permanecieron cerca del barco para "una posible ayuda" y pudieron comprobar la saturación extrema que sufría el navío, atestado de personas en cubierta y en la bodega. Según comunican la Guardia Costera Helena, en ese momento tampoco solicitaron ayuda y expresaron su deseo de proseguir hasta Italia. Lo que pasó en la madrugada de ayer miércoles ya es noticia: el pesquero acabó volcando y hundiendose, desplegándose entonces una amplia operación de búsqueda y rescate con la participación de un Patrullero Costero, tres naves y un avión C-130 de la Fuerza Aérea.
Incongruencias en las versiones
Existen incongruencias entre las versiones que da la Guardia Costera y Alarm Phone. Según informa la plataforma de Derechos Humanos, el capitán del barco huyó sobre las 17:20 horas del martes y las personas atrapadas en el barco necesitaron asistencia a lo largo de toda la tarde hasta el naufragio de madrugada. En ese tramo de tiempo, la Guardia Costera estuvo atenta al estado del barco hasta que se hundió, pero no intervino porque, según ellos, no solicitaron ayuda.
Según los datos aportados por el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) son casi 27.000 el número de migrantes desaparecidos en el Mediterráneo desde el año 2014. En lo que va de año, hasta el momento han muerto 1.039 de migrantes en el mar Mediterráneo.