Del "gana el que se une" al "los puentes están tendidos". Son las frases que empiezan a circular puertas adentro tanto del mileismo como del macrismo tras el sorprendente triunfo del ministro de economía Sergio Massa en la primera vuelta electoral de este domingo con un 36,7% por el 30% de Milei. "Hay dos tercios que quieren otra cosa", insisten ahora desde La Libertad Avanza, recordando de cara al ballotage no solo el 24% de Patricia Bullrich sino también el 7% del peronista federal Juan Schiaretti, con quien el mileismo empezó a coquetear en los últimos días y Massa apeló de entrada con su llamada a la Unidad nacional.
Las crónicas del día después a la elección sucumbieron igualmente al cambio de tendencia de las urnas, poniendo el énfasis en el éxito de las medidas de corto plazo del oficialismo que acumulan 1,5 puntos del PIB, recogió La Nación, así como en su defensa de la soberanía de empresas nacionales. La propia Bullrich se encargó de acusar al Gobierno de "repartir plata y hundir el país" en su discurso de derrota. De acuerdo a un informe del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina en 2022, el 51,7% de los argentinos recibe al menos algún tipo de asistencia social por parte del Estado.
Una línea de acción gubernamental que podría intensificarse de aquí a un mes y que parece haber inclinado la balanza en favor del eterno retorno del país al peronismo en su vertiente oficialista, apoyada por el kirchnerismo y el miedo a lo desconocido tras Milei. Esa tendencia que solo Mauricio Macri pudo frenar en 2015 cuando, con el 34% que obtuvo en la primera vuelta, acabó consiguiendo el apoyo de una facción del peronismo liderada por el propio Sergio Massa (21%) y terminó venciendo en segunda vuelta al entonces oficialismo kirchnerista de Daniel Scioli, que había ganado en primera vuelta con el 37%.
Milei sigue en carrera
Hay quienes ya atisbaban lo que ocurriría este domingo incluso a pesar de la inflación interanual del 140%, la devalución de la moneda en un 92% con el actual gobierno y el aumento de la pobreza hasta por encima de 40%. Es el caso de la consultora brasileña Atlas Intel, que en la última semana de campaña había vaticinado un sorpasso por cinco puntos del candidato de Unión por la Patria sobre el libertario. Y ello, tras haber acertado también los resultados de las elecciones en 2019 así como el triunfo sorpresivo de Patricia Bullrich sobre Horacio Rodríguez Larreta en la última interna macrista.
De acuerdo a esa misma fuente, Milei seguiría partiendo con una ventaja exigua (sensible a margen de error) de cara a la segunda vuelta del 19 de noviembre. ¿Por cuánto? Apenas dos puntos, 41% a 39%, una diferencia mínima que deja la puerta abierta a un nuevo giro como el que podría acontecer tras el viento de cola de los resultados de este domingo.
El estudio de Atlas, a diferencia de otros, no da por hecho un trasvase total de los votos del macrismo hacia Javier Milei. Un hecho que sí han descontado la mayoría de los demás sondeos y que, a la luz de los resultados del domingo, sería suficiente para que el libertario se convierta en presidente pese a haber perdido en la primera vuelta: los votos de Milei y Bullrich sumarían el 54% del electorado. A ello, además, hay que sumarle el aparato político de respaldo que podría aportar el macrismo, ya con ocho gobernadores provinciales tras las diferentes elecciones que han tenido lugar este año, si bien parte de ese electorado fue el que, probablemente, relanzó a Massa tras haber votado a Larreta en la interna macrista.
La grieta del libertario con Macri y Bullrich, ¿insalvable?
El fuego cruzado de la campaña entre Milei y la exministra de Seguridad hace compleja una pronta cercanía entre las partes. En especial, desde el lado de Juntos por el Cambio ante la eugenesia social, para no pocos sectaria planteada por el libertario, que ha provocado la ola reaccionaria de los "viejos meados" reivindicada por Bullrich. Esta última denunció penalmente a Milei por acusarla de pertenecer al grupo guerrillero Montoneros en los 70s y haber puesto bombas en jardines infantiles.
"Vengo a poner una tábula rasa", comenzó diciendo Milei en su discurso tras las elecciones. "Más allá de nuestras diferencias (en relación a Patricia Bullrich), enfrente tenemos una organización criminal". Este lunes, añadió: "Si ella quiere, como no la voy a incorporar, si fue exitosa en seguridad".
El economista ya había abierto la puerta en la campaña tras su éxito en agosto a incluir al expresidente Mauricio Macri en su gobierno "fuera de Juntos por el Cambio", un primer paso para formar el nuevo bloque antikirchnerista, "una alternativa a este gobierno de delincuentes que hipotecan nuestro futuro para permanecer en el poder".
"Si soy presidente, Macri va a ser mi representante ante el mundo", llegó a esgrimir el candidato a presidente por La Libertad Avanza, que a buen seguro tendrá que afrontar más concesiones si quiere ganarse el apoyo macrista tras incluir peronistas en sus listas y acordar con parte del sindicalismo. "Nunca seremos cómplices de las mafias que destruyeron este país, nuestros valores no se compran ni se venden", ha sido otro de los mensajes post derrota del equipo de Bullrich. "Nuestra causa va más allá de un momento electoral", incidió la candidata derrotada.
Macri, el padre político de la candidatura de Bullrich, ha guardado siempre más cercanía que ella con Milei, a quien ha valorado sus "buenas intenciones" y cuestionado, más bien, su factibilidad
Macri, su padre político, ha guardado siempre más cercanía que ella con Milei, a quien ha valorado sus "buenas intenciones" y cuestionado, más bien, su factibilidad. "No hay ninguna posibilidad de que participe en un Gobierno de Milei", llegó a espetar el expresidente la pasada semana, en la que se volcó decididamente con Bullrich por su experiencia en la gestión. Sin embargo, fuentes políticas apuntan a una incipiente predisposición en el macrismo de Bullrich hacia Milei como "voto útil". En esa línea, agentes de la alta politología argentina apuntan así ahora a la necesidad de un acuerdo "programático" consistente que de orden al mileismo con el aparato del macrismo como única vía para evitar un nuevo gobierno peronista.
La gran incógnita pasa así por la capacidad que tengan de superar sus rencillas de la campaña. A nivel económico, las discrepancias técnicas son importantes aunque no insalvables: coinciden, de fondo, en la liberalización de la economía y la reducción de la intervención estatal, pero mientras Milei apuesta por la dolarización y la eliminación del Banco Central, el macrismo defiende su continuidad en el marco de un camino hacia un sistema bimonetario.
Más profundas son las diferencias políticas: mientras el mileismo promueve un profundo darwinismo social con la productividad económica como vectora, la dirigente macrista ha evitado romper con la social democracia de los radicales y Larretistas -que podrían ahora terminar de girar a Massa- y la Doctrina Social de la Iglesia, con el foco más bien puesto en la lucha contra la corrupción política, las mafias sindicales y el narcotráfico.
watt
¡Más madera! Argentina, alegremente, hace un asado con sus propias entrañas. Aquí somos Alicia a través de su espejo bolivariano. Y nuestra oposición, un vampiro, la nada reflejada en la nada, multiplicada por 0. Como trataban el Sida en Sudáfrica, nos curamos con ajo.