El buque de rescate de inmigrantes Open Arms, que aguarda frente a la isla de Lampedusa (al sur de Italia) con 160 migrantes a bordo a la espera de un puerto para que puedan desembarcar y ser atendidos, ha recibido esta tarde permiso para que tres de los rescatados desciendan por motivos de salud.
La autorización, pero solo para tres de los inmigrantes, llegó este domingo por parte de las autoridades maltesas e italianas. Según han explicado a Efe fuentes de la ONG Open Arms, radicada en Cataluña, se trata de una mujer con una posible neumonía, un hombre con tuberculosis y otra mujer con un historial de tumor cerebral.
Las dos mujeres serán evacuadas en helicóptero hacia Malta, mientras que el hombre será trasladado a Italia en otra embarcación, que enviarán las autoridades italianas, según las mismas fuentes. Un responsable de Open Arms había señalado este domingo que la posibilidad de que su barco atracara en un puerto sin permiso por motivos humanitarios es "el último recurso" por el que optarían en una situación de emergencia extrema.
El barco de la ONG española ha cumplido ya once días con 160 personas a bordo frente a la isla de Lampedusa, a la espera de que se le permita desembarcar, después de las negativas de los gobiernos italiano y maltés.
Mientras, en el Mediterráneo Central, Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterráneo han rescatado con el Ocean Viking a otras 81 personas frente a las costas de Libia. Esta ha sido la tercera operación de salvamento en tres días, que eleva a 251 la cifra de rescatados. MSF ha indicado en un comunicado que el grupo se encontraba en una barca de goma poco apta para la navegación.
Este domingo, el fundador de la ONG Open Arms, Óscar Camps, ha dicho en una entrevista a RAC1: "La estabilidad emocional a bordo del Open Arms empieza a ser difícil. Nos veremos obligados a entrar a puerto por motivos humanitarios, con todas las trabas administrativas y judiciales que puede comportar".
Fuentes de la ONG han querido matizar después estas declaraciones y han asegurado: "Nuestra obligación es cuidar a los inmigrantes rescatados y resistir, entrar en un puerto sin permiso por motivos humanitarios sería el último cartucho, jamás pondremos en peligro la vida de las personas a bordo".
El fundador de la ONG ha lanzado un mensaje de socorro, al alertar que "la situación es muy difícil de gestionar, también dentro del equipo del Open Arms". "Nadie entiende por qué llevamos diez días a la deriva sin tener ninguna comunicación oficial de la administración, si tanto el barco como la tripulación son españoles", ha remarcado.
El ministro del Interior y líder de la Liga, Matteo Salvini, ha asegurado que la embarcación será multada si entra en aguas territoriales, de acuerdo con la nueva ley del país. La embarcación socorrió a 55 personas el 1 de agosto, entre ellos dos bebés mellizos y una mujer embarazada, justo cuando la balsa en la que navegaban estaba "a punto de naufragar" y entraba agua, explicó entonces Camps.
Al día siguiente fueron rescatadas otras 69 personas, incluidas dos mujeres embarazadas. Posteriormente, tuvieron que ser desembarcadas tres mujeres por motivos de salud. En la madrugada del 10 de agosto, La Valeta pidió a Open Arms que asistiera a una embarcación en peligro con 39 personas y horas después se ofreció a acoger a estos últimos rescatados, desentendiéndose de los otros 121 porque, justificó el Gobierno maltés en un comunicado, estos no habían sido auxiliados en aguas de responsabilidad maltesa.
Para no alterar la convivencia a bordo, la tripulación española rechazó el ofrecimiento de Malta y reiteró que todas las 160 personas debían ser desembarcadas. El actor español mas internacional, Antonio Banderas, se ha sumado hoy a las críticas a la política del ministro y se ha declarado horrorizado por la situación a que se ven sometidos los inmigrantes.
El pasado viernes fue el actor Richard Gere quien, con su propia embarcación, acudió cargado de víveres para aliviar la situación de los inmigrantes, con los que compartió conversaciones en la cubierta del buque de rescate. «Nadie me dijo que viniera. Vine de forma espontánea. Estaba pasando las vacaciones con mi familia cerca de Roma y después de que se aprobara el decreto ley antiinmigración, una ley que nadie se podía creer, decidí visitar el barco de Open Arms, (organización) que conocí hace unos años en Barcelona», explicó.
Salvini respondió poco después a las críticas de Gere asegurando que la ley antiinmigración es necesaria para el país y para luchar contra los traficantes de seres humanos y las mafias, y con ironía, aconsejó al actor recibir a estas personas «en sus mansiones».