Internacional

Elecciones en El Salvador: Nayib Bukele arrasará en las urnas tras acabar con la delincuencia de las pandillas

Las encuestas señalan que el 80% del electorado le elegirán presidente. Aunque ha instaurado un estado de excepción, ha logrado que El Salvador haya pasado de ser el país en paz con más homicidios al más pacífico de América junto a Canadá

El Salvador celebra sus elecciones presidenciales este domingo sin el mayor atisbo de suspense: Nayib Bukele, que cuenta con un amplio apoyo social, será reelegido. Su victoria aplastante sobre la delincuencia y las pandillas ha pesado más que el haber utilizado a la judicatura para reinterpretar la Constitución del país, ya que esta prohibe revalidar presidencia -hay que esperar dos legislaturas para volver a presentarse-.

A Bukele le bastaría con alcanzar el 50,01% de los votos para evitar una segunda vuelta, pero todos los sondeos le colocan en torno al 80%. La encuesta más optimista da el 15% de los votos al conjunto de sus oponentes en las elecciones. Los salvadoreños pretenden premiar su mano dura con la delincuencia, ya que ha logrado hacer del país en paz con más violencia del mundo -una media de 145 homicidios por cada 100.000 habitantes- una nación pacífica.

A pesar de que han sido varias las organizaciones internacionales de Derechos Humanos que han cuestionado sus métodos para luchar contra la violencia en su país, han sido gracias a ellos que este domingo vencerá en las elecciones. Sus planes han calado de tal forma que ya son muchos los que piden que se extrapolen a una región donde la violencia y el crimen organizado es un mal endémico desde hace décadas.

De acuerdo con las cifras que ha facilita el Gobierno salvadoreño, se han reducido drásticamente los homicidios -según éstas es el país de América con menos asesinatos solo por detrás de Canadá- y al menos 74.000 personas han sido detenidas por sospechas de vínculos con las pandillas, con las que él mismo Bukele negoció en 2019 cuando llegó a la Presidencia.

Sin embargo, en marzo de 2022, cuando la Mara Salvatrucha asesinó en apenas 24 horas a más de 80 personas, Bukele impuso un estado de excepción que sigue aún vigente y que suspende algunos derechos constitucionales, como el de expresión, reunión y organización, lo que ha mermado un poco más aún a una débil oposición que podría ver como el populista Nuevas Ideas se convierte en partido hegemónico.

Conscientes de que será casi imposible evitar que Bukele salga elegido este domingo, la oposición confía al menos en discutirle la mayoría en el Congreso y frenar el control que tiene del Estado -gracias al cual logró presentar esta nueva candidatura- y evitar así que pueda preparar un posible tercer mandato.

Los rivales de Bukele se arriesgan a desaparecer

Los candidatos de la oposición cerraron el sábado pasado sus campañas electorales. Entre ellos están el exdiputado Manuel Flores, del izquierdista Frente Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y el empresario afincado en Estados Unidos Joel Sánchez, de la conservadora Alianza Republicana Nacionalista (Arena), quienes juntos lograrían un testimonial 6 por ciento de los votos.

Ambas formaciones dominaron por completo la vida política del país tras la guerra civil (1980-1992), hasta que en 2019 irrumpió Bukele, que se ha beneficiado también de la inoperancia de una oposición en entredicho tras décadas de crisis de seguridad, económicas y desconfianza por los numerosos casos de corrupción.

El declive de Arena y el FMLN, a los cuales se les reprocha una supuesta falta de compromiso para renovarse internamente, se hizo más patente en las elecciones municipales y legislativas de 2021, en las que el partido de Bukele se estrenaba en la Asamblea ocupando 56 de los 84 escaños de entonces.

El alcance de Bukele es tal que se espera que Nuevas Ideas devore a quienes fueron sus aliados en esta legislatura -Gran Alianza por la Unidad (GANA), el Partido de Concertación Nacional (PCN) y los democristianos del PDC-, para quienes estas elecciones, según las encuestas, supondrán su salida del Parlamento.

Además del presidente, los algo más de 6 millones de salvadoreños con derecho a voto están llamados también a elegir la conformación de la Asamblea Nacional, que en estas elecciones pasará a tener 60 en vez de 80 escaños, tras una reforma electoral que limita aún más el alcance de respuesta de la oposición.

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