El primer ministro de Grecia durante los últimos cuatro años, el conservador Kyriakos Mitsotakis, ha alcanzado la mayoría absoluta en las elecciones celebradas este domingo, según las primeras encuestas a pie de urna.
La conservadora Nueva Democracia ha logrado entre el 40 y el 44 % de los votos, según una encuesta difundida por la televisión pública ERT tras cerrar los colegios electorales a las 16.00 GMT.
El porcentaje mínimo para la mayoría absoluta es del 38 %, después de que en estos comicios se introdujera una prima de hasta 50 escaños -en un parlamento de 300 diputados- para el ganador.
El partido izquierdista opositor Syriza, del exprimer ministro Alexis Tsipras, le sigue de lejos, con entre el 16,1 y el 19,1 %.
Los socialdemócratas de Pasok-Kinal quedaron en tercer lugar, con alrededor del 10 % de los votos, seguidos por el Partido Comunista de Grecia (7,2-9,2%).
Según las proyecciones, en quinto lugar -con entre el 4 y 6 % de las papeletas- queda el partido ultraderechista "Espartanos", al que mostró su apoyo hace unas semanas el exdiputado neonazi Ilías Kasidiaris, actualmente en prisión por dirección de banda criminal.
Otros cuatro partidos luchan por entrar en el Parlamento al superar la barrera del 3 %, entre ellos el izquierdsita MeRA25 del exministro de Finanzas Yanis Varufakis.
En las elecciones del pasado 21 de mayo, Nueva Democracia quedó en primer lugar pero no logró una mayoría absoluta.
Mitsotakis tras unas fallidas negociaciones de coalición convocó nuevas elecciones, sabiendo que se celebrarían con una nueva ley electoral que otorga escaños de bonificación al ganador y podría gobernar en solitario.
El respaldo a Mitsotakis en estas elecciones se debe, principalmente, a su gestión económica, según todos los estudios.
A pesar de que la economía del país aún no ha alcanzado los niveles previos a la crisis de la deuda de 2010, los griegos reconocen su labor, con subidas de pensiones y salarios, la llegada de inversiones y que el país tenga un crecimiento superior a la media de la Unión Europea.
Y pese a que su gobierno ha afrontado escándalos, como las escuchas telefónicas a un político opositor y a periodistas, los griegos votaron más con el bolsillo que pensando en posibles retrocesos democráticos.
En cuanto a la política migratoria, Mitsotakis cumplió con su promesa de reducir las solicitudes de asilo y proteger las fronteras, lo que ha atraído a votantes conservadores a pesar de las críticas de grupos de derechos humanos y organizaciones de ayuda por aplicar, según ellos, devoluciones en caliente.
Ni estas críticas ni el reciente naufragio con cientos de muertos y desaparecidos le han restado apoyo en las urnas.