El balance oficial de víctimas por el paso del tifón Yolanda por el centro de Filipinas se aproxima ya a las 2.000, según el último dato ofrecido este lunes por el Centro Nacional para la Gestión y la Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC). La policía teme que puedan ser hasta 10.000.
Según ha indicado el portavoz de este organismo, Rey Balido, hasta el momento se han contabilizado 1.774 víctimas mortales en todo el país, frente a las 255 que había registradas hasta las 6.00 horas de este lunes, 1.660 de las cuales se han producido solo en las Bisayas Orientales. Además, 2.487 personas han resultado heridas y otras 82 permanecen desaparecidas, ha precisado el portavoz según recoge el portal Inquirer.
Estado de calamidad nacional
El presidente filipino, Benigno Aquino, ha declarado este lunes el estado de calamidad nacional. Aquino ha hecho el anuncio durante un discurso televisado a la nación, un día después de haber visitado las zonas más devastadas.
Según han informado los medios locales, el presidente ha señalado que ha tomado esta decisión con el objetivo de acelerar las labores de rescate y de ayuda de emergencia a la población afectada. Asimismo, ha reconocido que la preparación y organización de estas tareas no está siendo fácil.
"Hemos aprobado 1.100 millones de pesos filipinos (unos 18,84 millones de euros) adicionales que se sumarán a los fondos de respuesta rápida del Departamento de Bienestar Social y Desarrollo y del Departamento de Obras Públicas y Carreteras", ha anunciado. En total, unos 18.700 millones de pesos filipinos (casi 317 millones de euros) en fondos gubernamentales de emergencia podrán movilizarse para ayudar a las víctimas y reconstruir las localidades arrasadas, ha precisado el mandatario.
La declaración del estado de calamidad nacional permitirá al Gobierno, entre otras cosas, fijar un techo en los precios en los bienes de primera necesidad y vigilar que no se cometan abusos en las ventas de este tipo de bienes así como medicinas y combustible; desbloquear fondos para proceder a reparar infraestructuras e instalaciones dañadas, o conceder préstamos sin intereses a los más afectados mediante cooperativas o organizaciones populares.
Alarma ante los saqueos
El portavoz presidencial, Edwin Lacierda, ha instado este lunes a los filipinos a mantener la calma y no aprovecharse de la situación. "Este es un momento en el que todos los filipinos deberían unirse, ayudarse entre sí, y no un momento en el que aprovecharse de la miseria en que ha quedado sumidas las zonas afectadas en las Bisayas Orientales", ha defendido.
Por su parte, la ministra de Justicia, Leila de Lima, ha prometido que se aplicará la ley a los que están procediendo a saqueos aprovechando el caos reinante, principalmente en la ciudad de Tacloban, capital de Leyte y una de las más afectadas. El pillaje y los saqueos en los supermercados han sido un continuo en la ciudad, en la que los medios locales reportaron que una turba de gente desesperada atacó un convoy de la Cruz Roja con un cargamento de ayuda.
El Gobierno está empleando un "puño de hierro" contra los saqueadores pero, ha admitido en un mensaje de texto enviado a la prensa, "aplicar estrictamente las leyes, incluidas las leyes penales sobre saqueo, durante momentos extraordinarios como estos de calamidad, es más fácil decirlo que hacerlo".
Efectivos de la Policía Nacional de Filipinas y el Ejército han sido enviados a la zona para asegurar la paz y el orden en la región.