El presidente saliente de Francia, Nicolas Sarkozy, recorta distancias en los sondeos para las presidenciales del próximo domingo con respecto al socialista François Hollande, que mantiene en todos ellos la delantera, según cuatro encuestas publicadas hoy recogidas por EFE, último día legal para hacerlo.
Hollande conserva entre cinco y siete puntos de margen en la segunda vuelta, según los sondeos, elaborados tras el cara a cara televisivo del pasado miércoles. El sondeo de Sofres para la televisión "iTéle" da al socialista la victoria con el 52,5 % de los votos, un punto y medio menos que en la pasada encuesta del mismo instituto publicada el pasado 24 de abril.
El mismo resultado auguran las empresas BVA e Ipsos, que también coinciden en la tendencia a la baja del candidato socialista.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, quitó hoy importancia a que los sondeos le den como perdedor en la segunda vuelta de los comicios de éste domingo y se mostró convencido de que habrá "una gran igualdad" en esa votación, que "se va a jugar por muy poco". Sarkozy, en una entrevista en la emisora de radio "Europe 1", insistió en que aunque el resultado sea "ajustado, habrá un presidente y será respetado porque será el presidente de Francia".
Por su parte el candidato socialista, François Hollande, aseguró este viernes que "con humildad" espera "una victoria amplia" en la segunda vuelta de las elecciones del próximo domingo ante su rival conservador, Nicolas Sarkozy. "Deseo una mayoría amplia. Les digo a los franceses que si deben hacer una elección que lo hagan masivamente, que le den al ganador todas las capacidades y medios de actuar. Que no hagan un ganador ajustado", aseguró Hollande en la radio "RTL".
Hollande desea una victoria con una mayoría amplia
Por ello, el candidato socialista pidió que se elija "al mejor, al candidato más justo, al que más puede unir, dar confianza, y que le den la legitimidad más fuerte", aunque señaló que "cualquier victoria será buena", consideró que la elección "debe dar fuerza" al elegido.
Votaciones decisivas en Grecia
En la recta final de la campaña para las elecciones parlamentarias en Grecia éste domingo, los dos históricos partidos del país, los socialdemócratas del PASOK y los conservadores de Nueva Democracia (ND), tratan de recuperar el terreno perdido durante los meses de Gobierno en coalición, según recoge EFE.
Las duras medidas de austeridad que el Ejecutivo de unidad bajo el liderazgo del exbanquero Lukás Papadimos ha tomado a cambio de seguir recibiendo ayuda internacional han provocado que el apoyo a ambos partidos, que antaño sumaban el 80% del voto, se haya visto reducido hasta en torno el 40%. El principal objetivo en los últimos días de campaña es convencer al 20% de electores que, de acuerdo a los sondeos, permanecen indecisos sobre su voto.
El PASOK, ganador de las anteriores elecciones con un 43% de los sufragios y al que las encuestas otorgan entre el 15 y el 18%, ha prometido que mitigará el desempleo, que se eleva ya hasta el 21%, y que buscará una solución alternativa para los 150.000 funcionarios que la UE exige despedir.
Su líder, el exministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, ha asegurado que renegociará el memorándum firmado con la UE -qué el mismo firmó y negoció- con el objetivo de ampliar de dos a tres años el plazo para llevar a cabo los recortes exigidos por Bruselas por valor de 11.500 millones de euros y también ha prometido que, a partir de 2015, no habrá más medidas de austeridad.
En Grecia se alerta de que pese a la campaña, el país se ha comprometido a unas condiciones de austeridad que debe cumplir
Por su parte, el líder de ND, Antonis Samarás, ha anunciado que si gana las elecciones como prevén las encuestas (con entre un 20 y un 25% de los votos, frente al 33% logrado en 2009), su Gobierno "cambiará todo", a pesar de que él también se comprometió por escrito a respetar el memorándum.
Los ejes de su política económica pasarían por aumentar las ayudas sociales, reducir los impuestos y, a la vez, respetar los compromisos con los acreedores, algo que a priori parece imposible dado que Grecia aún está lejos de cumplir los objetivos de déficit presupuestario marcados por la UE.
Atada por sus condiciones firmadas
"Ningún tipo de promesas preelectorales cambia el hecho de que Grecia ha firmado estas condiciones (de austeridad) y los acreedores esperan que las respete", critica el consultor financiero Philip Ammerman, residente en Atenas. "Aunque cuestiones menores puedan ser renegociadas, nadie cuenta con una renegociación completa de los puntos principales. Sugerir otra cosa es llevar a cabo una desinformación deliberada", agrega el experto en un análisis preelectoral publicado en su blog.
A pesar de haber compartido más de cinco meses de alianza en el Gobierno y de que los acreedores esperan que tras las elecciones se reedite una coalición entre ND y PASOK que continúe con las reformas exigidas, Samarás y Venizelos no han ahorrado descalificaciones el uno hacia el otro. "Los que hablan de un Gobierno conjunto son los que quieren que nada cambie. Lo hemos dicho claro: no queremos gobernar con ellos (PASOK)", dijo Samarás el miércoles durante un mitin en Salónica.
El líder conservador ha llegado a decir que si su partido no logra la mayoría absoluta presionará para que las elecciones se celebren de nuevo y algunos medios griegos hablan ya de la posibilidad de unos nuevos comicios en junio. Esta idea ha sido duramente criticada por Venizelos, quien arguye que regresar a las urnas sólo "dañará al país" y "prolongará la incertidumbre".
De hecho, el equipo directivo de la "troika" que forman la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, tiene previsto llegar a Atenas a finales de mayo para planear junto al nuevo Gobierno -si lo hay- los nuevos recortes y dar un empujón al proceso de privatizaciones.
También Merkel se examina
Junto a las elecciones en Francia y Grecia, la canciller Angela Merkel tiene este domingo ante sí su propio reto electoral con los comicios regionales de Schleswig-Holstein, un pequeño "Land" fronterizo con Dinamarca, donde su Unión Cristianodemócrata (CDU) puede sufrir un nuevo revés en las urnas.
París, Atenas y también Kiel, capital de ese estado federado alemán, son los tres focos de atención para Merkel, ya que junto a las sacudidas en el eje Berlín-París y en la política europea que puedan producir los resultados de sus socios de la UE, debe velar por los efectos de las regionales en su formación.
Schleswig Holstein, con 2,2 millones de electores, es la primera de las dos etapas electorales consecutivas este mes -el 13 de mayo se celebran comicios en Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país-, ambas complejas para la CDU de la canciller.
En Kiel gobierna ahora una coalición entre la CDU y los liberales, la misma que la del Ejecutivo de Merkel en Berlín, y los sondeos apuntan a un relevo en el poder.