Bucha ha vivido un auténtico horror durante la invasión de Ucrania. Esta ciudad, al noroeste de Kiev, ha dejado imágenes para el olvido, con cientos de cadáveres civiles en sus calles. El gobierno ucraniano ha acusado a Rusia de maniatar y asesinar a estas personas, encontradas por el ejército local tras recuperar el control de la localidad.
Zelenski ha sido tajante y ha calificado estos hecho como un genocidio, mientras Rusia, a través de su Ministerio de Defensa, ha desmentido este domingo que sus fuerzas hayan cometido crímenes de guerra durante su ocupación de la ciudad de Bucha. En un comunicado recogido por TASS, el Ministerio asegura que, durante el tiempo que Bucha estuvo bajo el control de las Fuerzas Armadas Rusas, "ni un solo residente local sufrió acciones violentas" mientras "fuerzas ucranianas bombardeaban la ciudad las 24 horas del día con artillería de gran calibre, tanques y sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes".
Lo ocurrido ha generado el enfado de la comunidad internacional. Estados Unidos y la Unión Europea han prometido que pronto habrá nuevas sanciones y con una alta probabilidad, habrá una investigación internacional sobre lo ocurrido. La organización de Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) ha alertado de la necesidad de una "exhumación profesional" de las víctimas de las masacres en Bucha. "Las familias y autoridades quieren volver a enterrarlos rápidamente, algo comprensible, pero podría destruir pruebas".