El periódico estadounidense 'The New York Times' ha denunciado que las dos últimas administraciones de EEUU han intentado apropiarse del contenido de los correos electrónicos de cuatro de sus periodistas para averiguar sus fuentes, en la continuación de esfuerzos similares con el 'Washington Post' y la cadena CNN.
El Departamento de Justicia no ha explicado qué estaba investigando, pero la identidad de los cuatro reporteros da a entender que se refiere a una información clasificada en un artículo de abril de 2017 en relación a las investigaciones realizadas por el ahora exdirector del FBI James Comey durante la presunta injerencia rusa en la campaña presidencial de 2016.
Tanto las administraciones de Donald Trump como de Joe Biden impusieron una orden de silencio a los altos ejecutivos del medio, finalmente levantada el viernes, según el abogado David McCraw. La orden de silencio impidió que los ejecutivos revelaran los esfuerzos del Gobierno para confiscar los registros incluso al editor ejecutivo, Dean Baquet, y otros responsables de la sala de redacción.
La iniciativa salió a la luz tras un último esfuerzo, finalmente infructuoso, del Departamento de Justicia para confiscar los registros de correo electrónico de Google, que opera el sistema de correo electrónico del Times, y que se había resistido al esfuerzo por obtener la información.
La divulgación se produjo dos días después de que el Departamento de Justicia de Biden notificara a los cuatro periodistas que la administración Trump, en busca de sus fuentes, había confiscado en secreto meses de sus registros telefónicos, como ya hiciera con el 'Post' y la CNN.
Baquet ha repudiado el comportamiento de las administraciones de Trump y Biden por sus acciones, y descrito la operación como un asalto a la Primera Enmienda. "Google ha hecho lo correcto, pero no deberíamos haber llegado hasta este punto", ha lamentado.
La administración Biden intentó "retrasar la ejecución de la orden" en múltiples ocasiones en los últimos meses "y luego actuó voluntariamente para retirarla antes de que constaran en actas judiciales", según ha explicado el portavoz del Departamento de Justicia, Anthony Coley, en un comunicado al periódico en el que reitera el compromiso de la Casa Blanca con la libertad de prensa.
Poco después, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha indicado que absolutamente ningún miembro de la Administración Biden estaba al tanto de la orden de silencio y ha indicado que la práctica de investigar los correos de los periodistas es contrario a los principios que defiende el presidente Biden.
"Si bien la Casa Blanca no se inmiscuye en investigaciones penales, la emisión de citaciones para averiguar datos de periodistas que trabajan en filtraciones no es una práctica coherente con la política presidencial", ha indicado.
Psaki ha reiterado finalmente que "el Departamento de Justicia ya ha confirmado en reiteradas ocasiones que no recurrirá a esta práctica en la investigación del caso".