Internacional

La ONU llama a comer menos carne para combatir la crisis climática

Desde 2016, el suministro per cápita de aceites vegetales y de carne ha aumentado más del doble

  • Dejar de comer carne no va a salvar el planeta.

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), grupo de trabajo perteneciente a Naciones Unidas, hizo público este jueves un informe en el que aconseja seguir una dieta equilibrada con más alimentos de origen vegetal, como los basados en granos gruesos, legumbres, frutas, verduras, nueces y semillas, y de origen animal con bajas emisiones de gases de efecto invernadero para proteger la tierra y combatir la crisis climática.

Así se recoge en el documento 'Cambio climático y tierra', uno de los tres informes especiales que el IPCC está preparando antes de aprobar el Sexto Informe de Evaluación. El trabajo fue elaborado por 107 científicos de 52 países, entre ellos los españoles María José Sanz, del Centro Vasco para el Cambio Climático; José Manuel Moreno, de la Universidad de Castilla-La mancha, y Marta Rivera, de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña.

El documento fue aprobado este miércoles por gobiernos de todo el mundo en Ginebra (Suiza) y cumplió el mandato lanzado en una reunión del IPCC celebrada en Nairobi (Kenia) en abril de 2016 sobre un informe especial de cambio climático, desertificación, degradación de la tierra, gestión sostenible de la tierra, seguridad alimentaria y gases de efecto invernadero en los ecosistemas terrestres.

El 53% de los autores pertenecen a países en desarrollo, por lo que se trata del primer informe del IPCC con más representantes de naciones con bajos ingresos que de países desarrollados. Los científicos evaluaron más de 7.000 artículos y recibieron 28.275 comentarios de revisores expertos y gobiernos.

Beneficios colaterales

El resumen del informe para responsables de políticas, de 43 páginas y al que tuvo acceso Servimedia, indica que la diversificación del sistema alimentario puede reducir los riesgos del cambio climático y que las dietas equilibradas con alimentos de origen vegetal y de origen animal producidos de forma sostenible suponen "grandes oportunidades" contra el cambio climático y generan "beneficios colaterales significativos" para la salud humana.

El informe indica que el suelo está bajo presiones humanas y climáticas y que mantener el calentamiento global por debajo de 2ºC respecto a los niveles preindustriales sólo puede lograrse reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores, incluidos la tierra y los alimentos.

Los científicos indican que el crecimiento de la población mundial y los cambios en el consumo de alimentos, piensos, fibra, madera y energía desde 1961 han causado "tasas sin precedentes de uso de la tierra y agua dulce", y que la agricultura representa actualmente el 70% de la utilización de agua dulce en el mundo.

Un 30% de los alimentos se tira

Las actividades agrícolas, forestales y otros usos de la tierra representan un 23% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano, mientras que los procesos naturales terrestres absorben casi un tercio de las emisiones de dióxido de carbono de la industria y los combustibles fósiles.

Desde 2016, el suministro per cápita de aceites vegetales y de carne se ha más que duplicado. Actualmente, entre un 25 y un 30% de los alimentos se pierden o se desperdicia, lo que está asociado con más emisiones de gases de efecto invernadero. Los cambios en los patrones de consumo han contribuido a que 2.000 millones de personas adultas tengan ahora sobrepeso u obesidad y se calcula que 821 millones de habitantes están desnutridos.

El informe subraya que una cuarta parte de la superficie terrestre libre de hielo de la Tierra está sujeta a la degradación inducida por el ser humano y que el cambio climático exacerba la degradación de la tierra, sobre todo en áreas costeras bajas, deltas de los ríos, tierras secas y lugares de permafrost. Entre 1961 y 2013 aumentaron las tierras secas una media de un 1% anual y en 2015 cerca de 500 millones de personas vivían en áreas afectadas por la desertificación, sobre todo en el sur y el este de Asia, el Sáhara y Oriente Medio.

"Hay soluciones en manos de los agricultores, pero también en cada uno de nosotros cuando compramos alimentos y no los desperdiciamos", indicó Valérie Masson-Delmotte, copresidenta del IPCC.

Jim Skea, también copresidente del IPCC, sentenció que este grupo de trabajo "no recomienda dietas a las personas", pero añadió: "Lo que hemos señalado sobre la base de la evidencia científica es que hay ciertas dietas que tienen una menor huella de carbono".

Reacciones políticas

Por otro lado, la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, señaló en un comunicado que "el IPCC ofrece, una vez más, la última y mejor información científica disponible para que las administraciones y sectores económicos adopten medidas y políticas informadas para frenar el cambio climático". "Una vez más, la comunidad científica internacional lanza un claro mensaje de urgencia: es necesario garantizar, en el corto plazo, un uso sostenible de la tierra".

"El mensaje de la ciencia ha de traducirse en medidas en todos los ámbitos de la administración pública y en todos los sectores vinculados al uso del suelo. Apostar por una gestión realmente sostenible de la tierra es fundamental para afrontar desafíos que afectan particularmente a España, como puede ser el riesgo de desertificación, la erosión o la pérdida de biodiversidad. Además, este tipo de acciones reportan beneficios sociales y económicos en el corto plazo, favoreciendo el desarrollo sostenible y fijando población en los medios rurales”, añadió.

Por su parte, Christoph Thies, de la Campaña de Bosques y Clima de Greenpeace Alemania, indicó que "defender y restaurar nuestros bosques y cambiar nuestro sistema alimentario comiendo menos carne ayudará a convertir la crisis climática y de biodiversidad en una nueva esperanza para la naturaleza y las personas".

"Nuestra tierra y biodiversidad están bajo una enorme presión, como se ve con los devastadores incendios en Siberia. Necesitamos tomar algunas decisiones difíciles porque no podemos usar nuestra tierra dos veces y ya la estamos usando en exceso. Para proteger nuestro clima y alimentar al mundo, se requiere acción ahora. Los gobiernos ahora están obligados a actualizar y mejorar sus objetivos de acción climática a la luz del informe del IPCC".

Teresa Anderson, coordinadora de Política Cliomática de ActionAid International, apuntó que "los principales científicos del mundo son claros: la forma en que producimos alimentos y manejamos la tierra debe cambiar drásticamente si queremos evitar un cambio climático catastrófico", y que "La agricultura debe trabajar con la naturaleza, no en contra de ella".

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