El Papa Francisco ha finalizado su viaje apostólico por Asia con una misa en Manila, a la que han asistido entre 6 y 7 millones de personas -según fuentes del Vaticano-, y en donde ha afirmado que “la pobreza y la corrupción han desfigurado el mundo”.
En su cuarto y último día en Filipinas, Francisco ha afirmado que el mundo es "un jardín maravilloso" del que se nos ha pedido que tengamos "cuidado", pero del que se ha "desfigurado la belleza". Así ha denunciado que el hombre ha destruido "la unidad y la belleza de la familia humana con estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción", según Europa Press.
Francisco ha reivindicado que la familia "necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado"
Durante la celebración en el Rizal Park, un área de unas 60 hectáreas, el Papa ha expresado que su "alegría" al poder celebrar este domingo del Santo Niño con los millones de personas que allí se reunieron, al tiempo que ha recordado que "quien no acoge el reino de Dios como lo acoge un niño no entrará en éste".
Además, ha reivindicado de nuevo que la familia "necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura. Y tenemos que cuidar a nuestros jóvenes, no permitiendo que les roben la esperanza y queden condenados a vivir en la calle".
Por otro lado, ha afirmado que Filipinas es el primer país católico en Asia, lo que es un privilegio, pero también plantea llevar el mensaje cristiano. "Los filipinos están llamados a ser grandes misioneros de la fe en Asia", ha explicado.