El Gobierno de República Checa y el de Polonia se han ofrecido a dar asilo a la atleta olímpica bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya, que el domingo denunció que las autoridades de su país intentaban obligarla a abandonar Japón contra su voluntad.
El vicecanciller polaco, Marcin Przydacz, ha confirmado en su cuenta de Twitter de que la atleta "ya está en contacto directo con los diplomáticos polacos en Tokio" y "ha recibido un visado humanitario". "Polonia hará todo lo necesario para ayudarla a continuar su carrera deportiva", aseguró el alto el político polaco.
"Las autoridades japonesas acaban de confirmarnos que la atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya ha recibido nuestra oferta de asilo", había anunciado antes el ministro de Exteriores checo, Jakub Kulhanek, en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
"Si así lo decide, la ayudaremos todo lo posible. Los Juegos Olímpicos no van de política, la actuación del régimen de (Alexander) Lukashenko es una vergüenza", ha manifestado. "Me alegra que República Checa haya actuado rápidamente", ha remachado.
"Segura y a salvo"
Las palabras de Kulhanek han llegado horas después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) asegurara que Tsimanouskaya se encuentra "segura y a salvo" y agregara que ha pasado la noche en un hotel del aeropuerto de Haneda, en Tokio.
La atleta manifestó el domingo su miedo de acabar en la cárcel tras criticar a propio comité olímpico, que dirige el hijo del presidente del país. "Pido ayuda al Comité Olímpico Internacional. Están tratando de sacarme del país sin mi permiso y le estoy pidiendo al COI que se involucre", sostuvo.
La corredora de 200 metros había expresado previamente sus críticas contra el comité bielorruso por obligarla a correr en un evento de relevos con poca anticipación. El equipo olímpico de Bielorrusia anunció más tarde que la habían retirado de la competición debido a su "estado emocional y psicológico".
Lukashenko está acusado de manipular las últimas elecciones presidenciales y de emplear tácticas autoritarias para silenciar a sus opositores. Meses después de las elecciones, más de 1.500 atletas bielorrusos publicaron una carta abierta en la que exigían la convocatoria de nuevas elecciones y el final inmediato de la represión policial contra la oposición.