Los casos de coronavirus aumentaron un 58% en una semana en Portugal, que vuelve a situarse a la cabeza de Europa en contagios, mientras crecen las voces de expertos que plantean recuperar la mascarilla y reforzar las medidas de seguridad en eventos masivos.
El último informe de situación de la Dirección General de Salud (DGS) lusa, con datos entre el 10 y el 16 de mayo, recoge 157.502 casos en esa semana, un 58% más que en la anterior, con una incidencia a siete días de 1.529 casos por 100.000 habitantes.
La media diaria es de 22.500 casos, pero la DGS espera que en dos semanas se llegue a los 60.000, cifras que solo se vieron en el país el pasado enero, con la llegada de ómicron.
La sexta ola, como ya se define a esta fase en Portugal, también está teniendo efectos sobre el número de fallecidos, que pasó de 144 a 191 en una semana, con un incremento del 33% en la mortalidad, aunque se mantiene en niveles moderados en comparación con los peores momentos de la pandemia.
El aumento de contagios se está sintiendo especialmente en el norte del país, donde el mayor hospital de la región, el São João de Oporto, avisó esta semana de que la presión sobre las urgencias podría llevar a aplazar cirugías y consultas programadas.
Los festejos de la Liga conquistada por el Oporto y las celebraciones universitarias podrían ser dos de los motores de este crecimiento en la zona norte, según apuntó esta semana el director de urgencias de ese hospital, Nelson Pereira.
Retirada de las mascarillas
A ello se suma que el Gobierno de Portugal suprimió hace un mes el uso obligatorio de mascarilla en interiores, que ya sólo se reserva para hospitales, residencias y transporte público.
Pero en el país empiezan a surgir voces que apelan al regreso de este factor de protección, como la de la directora general de Salud, Graça Freitas, que recomendó a los portugueses que vuelvan a llevar mascarilla.
En "ambientes cerrados y aglomeraciones", incluidos los laborales, la mascarilla "está aconsejada, como todas las otras medidas", dijo Freitas en una entrevista con la cadena lusa TVI.
La DGS ya ha empezado a actualizar las normas sobre el uso de mascarilla y desde este viernes deben usarse en establecimientos de termas y en consultorios de dentistas -excepto durante el tratamiento-.
Por su parte, el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, destacó aumentar la vacunación, que es "más importante y de efectos más duraderos que solo aplicar restricciones".
Portugal ha comenzado a inyectar esta semana la cuarta dosis de la vacuna a los mayores de 80 años y a las personas mayores que habitan en residencias al ser todavía consideradas personas de riesgo ante el virus.
Pese a los recelos ante el aumento de contagios, la capital, que celebrará en las próximas semanas las Fiestas de Lisboa, se prepara para las aglomeraciones de personas como una forma de volver a la normalidad, aunque pide a la población que "se proteja".
El alcalde, Carlos Moedas, explicó a medios lusos que la covid se va a volver "endémica" y ya no tendrá el impacto que ha tenido en las anteriores olas, por lo que defendió que "Lisboa tiene que estar abierta" y "volver a la normalidad".