Internacional

Prigozhin, el todopoderoso mercenario que desafió a Putin

A pesar de su creciente relevancia en los últimos años, coronada con la victoria en Bajmut, Prigozhin, nacido San Petersburgo en 1961, pasó de ser el referente de la acción militar de Putin a un "traidor"

  • El jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin -

El líder del grupo de mercenarios ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha muerto en un accidente de avión cuando viajaba de Moscú a San Petersburgo. A pesar de que el siniestro había abierto la puerta a todo tipo de especulaciones sobre la supervivencia del magnate, tanto los medios estatales rusos como las autoridades de Wagner han zanjado el debate al confirmar el deceso.

Todo ello constituye el fin de Prigozhin, la mano que movía los hilos de los mercenarios rusos para expandir la influencia de Putin a nivel internacional, ya fuera como la máquina de guerra en Ucrania o la sombra siempre presente sobre África -sin ir más lejos, en el reciente golpe de Estado en Níger-.

A pesar de su relevancia, el rico propietario de Wagner, nacido en la antigua Leningrado en 1961 -hoy San Petersburgo-, pasó de ser el referente de la acción militar de Putin a un "traidor". Cuando la influencia del grupo Wagner llegó a su punto álgido tras la victoria en la eterna batalla de Bajmut en Ucrania, las desavenencias de los mercenarios con el Kremlin desembocaron en una rebelión contra Rusia que marcó el cisma definitivo entre Prigozhin y Putin.

Auge y caída de Prigozhin: producto de la transformación de Rusia

El jefe de Wagner nació mucho antes de la caída de la URSS y, al igual que el presidente ruso, vivió la transformación de su patria en lo que es hoy. Prigozhin se educó en la calle y el comienzo de su historia bien podría situarse en su paso por la cárcel con tan solo 20 años. Se le condenó a 13 años por robo, pero terminó pasando solo nueve. Salió de prisión en 1990, en vísperas del final de la historia de su país tal y como la conocía. Comenzó entonces su nueva vida como vendedor de perritos calientes y, como si de una historia de "superación" a la americana se tratara, en tan solo cinco años se hizo con parte de una cadena de supermercados.

La expansión económica de Prigozhin pasó por abrir un restaurante, y este marcó el punto de inflexión en la trama. El local se convirtió en el epicentro de la red de contactos del líder de Wagner, cuyo imperio crecía poco a poco. Parte de él sería el barco Isla Nueva, que navegaba el río Neva. En él, su camino se cruzó con el de Vladímir Putin, que llevaba allí a sus invitados.

El encuentro se produjo en torno a abril del 2000, según declaró en Prigozhin a la BBC en una entrevista. Putin apenas comenzaba su larga trayectoria a los mandos de Rusia cuando ambos se conocieron en una visita de quien entonces era el primer ministro de Japón, Yoshiro Mori. Tres años después, Putin estaría celebrando su cumpleaños en el barco de Prigozhin. A través de su empresa de hostelería, Concord, el líder de los mercenarios se hizo con contratos gubernamentales de cáterin que le valieron el nombre de "chef de Putin".

El imperio de Prigozhin creció en la primera década del milenio, aunque no atravesaría un cambio drástico hasta 2014, el año de la anexión de Crimea por parte de Rusia. Entonces, Putin negó que sus tropas hubieran estado envueltas en la operación. ¿Cuáles fueron, entonces? Según explica The Guardian, el Kremlin se valió de grupos que "parecían coordinar sus acciones con el Ministerio de Defensa" pero operaban distanciadas de este. El más prominente era Wagner. "Creo que Prigozhin se lo propuso a Putin y él aceptó, así es como funciona", declara un exfuncionario del Ministerio de Defensa de Rusia al diario británico.

Para Prigozhin, todo empezó y acabó en Ucrania

Su recorrido, después, es bien conocido: desde la supuesta organización de grupos "troll" para condicionar las elecciones en Estados Unidos en favor de Donald Trump a la expansión de sus mercenarios por África, y una acción militar conocida por su brutalidad, que ha llegado a ser denunciada por utilizar métodos de tortura. Sin embargo, Ucrania también ha sido el punto y final para el recorrido del empresario vendedor de perritos calientes. Con cada vez más influencia de los mercenarios en el país invadido y una sonada victoria tras meses de combates en Bajmut, Prigozhin se vio con fuerza suficiente como para que sus desacuerdos con el Kremlin estallaran en una rebelión. Un intento de 'marcha sobre Moscú' que volvió a poner los pies del magnate sobre la tierra. El levantamiento se saldó con su exilio a Bielorrusia, reduciendo sus visitas a su país natal a viajes temporales.

Con las causas de su muerte aún por confirmar, su último enlace Moscú-San Petersburgo deja todas las puertas abiertas a la especulación.

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