Vladimir Putin es un hombre obsesionado con su protección personal. Debido a ello, se ha rodeado de un equipo de seguridad de máxima confianza que pretende evitar atentados y posibles ataques contra su persona. Un nutrido grupo de personas que conforma la Guardia Nacional, fundada hace siete años y que cobra especial importancia ahora que Putin tiene al enemigo en casa tras la rebelión de Prigozhin, líder del Grupo Wagner.
La guardia del presidente está compuesta por distintos perfiles. Desde un catador que comprueba que no hay veneno en su comida hasta un equipo de francotiradores de élite, encargados de proteger el perímetro del líder cuando este aparece en público. La jerarquía de sus protectores es tal que, según contó su exviceministro de Energía en una entrevista con Papel, tienen autoridad para desarmar a los generales del ejército cuando se reúnen con el líder.
Estas medidas, comparadas a menudo con las de un rey medieval, han hecho que atentar contra Putin sea muy difícil, incluso en estos momentos en los que el Grupo Wagner avanza hacia Moscú de forma imparable. La inteligencia rusa también ayuda: hoy mismo han hecho que el avión presidencial deje de ser rastreable para conseguir así que no se sepa hacia donde vuela la nave -se desconoce si Putin iba en su interior-.
Su guardia también se encarga de hacer seguro cualquier trayecto, respetando los deseos del propio Putin, que jamás vuela en helicóptero por miedo a un posible derribo. Se encargan de montar un frondoso convoy con vehículos blindados que además cuentan con inhibidores de frecuencia y radio para evitar posibles explosiones por control remoto. Cuando viaja, su guardia se encarga de que las zonas a su paso estén libre de amenazas
Se sabe además que Putin no cuenta con ningún smartphone para evitar posible hackeos o filtración de información privilegiada, algo reconocido por el propio presidente, que desconfía de Google por ser, según él, un "proyecto de la CIA".
Sistema de protección de 'cuatro círculos'
En todo momento, Vladimir Putin cuenta con cuatro anillos de seguridad que le protegen de forma permanente. Aunque el equipo especial que protege al presidente está conformado por 40.000 personas -se le denomina Servicio Federal de Protección de Rusia-, en el primer círculo solo están sus personas de máxima confianza. Estos son sus guardaespaldas personales, que se encargan de eludir posibles ataques directos sobre el líder ruso.
En un segundo escalón se encuentran los guardias de paisano. Estos están siempre cerca del presidente, aunque se camuflan entre la gente para poder observar cualquier actitud sospechosa. En tercer lugar, hay un anillo que sirve como círculo de seguridad: evitan que la gente se acerque demasiado a Putin y por último, varios francotiradores protegen el perímetro.
El Servicio de Seguridad Presidencial ruso es el cuerpo de élite del ejército personal del presidente, la Guardia Nacional del país, un organismo fundado por el propio Putin hace siete años para garantizar su seguridad. Los chechenos, que ya han jurado fidelidad al presidente y este cuerpo se encargarán de proteger su integridad incluso si el Grupo Wagner consigue su objetivo y consigue que los destacamentos del ejército ruso se unan a su causa.
