El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha apelado a la "calma" de la población y se ha mostrado seguro de lograr contener las protestas, con un mensaje directo para los estudiantes que se han sumado a las movilizaciones y a los que ha amenazado con reclutar para el servicio militar y para "defender la patria" si no retoman las clases.
El colectivo estudiantil está considerado uno de los principales catalizadores de las movilizaciones iniciadas contra Lukashenko tras las elecciones del 9 de agosto, en las que el mandatario obtuvo el que sería su sexto mandato consecutivo. El presidente ha dicho este jueves estar abierto al diálogo con estudiantes y sindicatos, "todo sobre la base de la Constitución".
En este sentido, ha subrayado que no actuará por "presión en la calle", alegando que no es lugar para entablar ningún proceso de diálogo, según la agencia oficial BelTA. Lukashenko ha lamentado que haya "buenos estudiantes" que se estén viendo arrastrados a unas movilizaciones en las que, según Minsk, hay intereses que trascienden a la propia Bielorrusia.
Asimismo, ha señalado que puede haber jóvenes que estén en mitad de una prórroga del servicio militar por razones de estudios. "Si no quieren estudiar, deberían defender la patria. Nuestra patria está en peligro", ha dicho durante un encuentro con otras autoridades.
Lukashenko ha subrayado que los países vecinos apoyan abiertamente la repetición de las presidenciales
Lukashenko se ha adelantado a posibles críticas negando que esté "intimidando" a los estudiantes, señalando que quien quiera seguir estudiando podrá hacerlo. Los que no, ha añadido, "se enfrentarán a consecuencias legales", e incluso ha apuntado que el ministro de Defensa ya le planteó comenzar con este reclutamiento antes siquiera de que hubiese empezado el curso.
Una "masacre diplomática"
Durante una reunión del Gobierno en Minsk, el veterano mandatario ha señalado que además de "una cierta "guerra híbrida" en la que están implicados los medios de comunicación, también parece haber dado comienzo "una masacre diplomática al más alto nivel".
Lukashenko ha subrayado que los países vecinos no solo apoyan abiertamente la repetición de las presidenciales -como reclama la oposición que rechaza el resultado oficial- sino que también han comenzado a interferir en los asuntos internos de Bielorrusia y a presionar al Estado. "Es evidente una guerra diplomática", ha denunciado.
En este sentido, se ha referido a las declaraciones que sostienen que "si Bielorrusia se disuelve, la provincia de Grodno se convertirá en parte de Polonia". "Lo están diciendo abiertamente pero están soñando. No lo conseguirán, estoy seguro", ha recalcado.
Al menos 56 personas fueron detenidas el miércoles durante las manifestaciones no autorizadas que se registraron en todo el país
Estas palabras no han gustado en Varsovia, donde el Gobierno polaco ha decidido convocar al embajador bielorruso para trasladarle su malestar. El viceministro de Exteriores de Polonia, Marcin Przydacz, ha alegado en Twitter que se trata de "acusaciones infundadas".
Bielorrusia ha venido registrando manifestaciones en Minsk y otras ciudades del país a raíz de la reelección de Lukashenko para un sexto mandato el pasado 9 de agosto. Según el resultado oficial, obtuvo el 80% de los votos, frente al 10% de la opositora Svletana Tijanovskaya. La oposición no reconoce este resultado y reclama una repetición de los comicios, algo que apoya buena parte de la comunidad internacional.
Tres muertos y cientos de heridos
Al menos 56 personas fueron detenidas el miércoles durante las manifestaciones no autorizadas que se registraron en todo el país, según ha informado este jueves la portavoz del Ministerio del Interior, Olga Chemodanova, a Sputnik. En total, al menos tres manifestantes han muerto y cientos más han resultado heridos durante la represión de las protestas, que han sido mayoritariamente pacíficas.