El Gobierno de República Checa ha anunciado este jueves un endurecimiento de las medidas para contener la segunda ola de contagios de coronavirus, dando pie a un nuevo confinamiento que limitará la movilidad de personas y restringirá la actividad comercial.
Las autoridades sanitarias checas han confirmado hasta la fecha unos 1.600 fallecidos y 194.000 contagiados por coronavirus, 11.984 de ellos en las últimas 24 horas. La tasa de contagios no tiene precedentes desde el inicio de la pandemia de covid-19.
Desde este jueves por la mañana, los ciudadanos deberán permanecer por norma general en sus domicilios y reducir sus contactos al mínimo, con excepciones que permitirán, por ejemplo, reuniones familiares limitadas o visitas a parques únicamente con convivientes o por parejas. Todas las tiendas deberán permanecer cerradas, a excepción de supermercados y farmacias.
80% de camas ocupadas
"Por encima de todo, tenemos que salvar las vidas de los ciudadanos", ha explicado el primer ministro, Andrej Babis, que ha justificado las medidas por el "enorme incremento" de los ingresos hospitalarios. Así, considera que "no hay tiempo", ya que el sistema sanitario podría colapsar en menos de tres semanas.
El dirigente ha advertido de que ya hay un 80% de camas ocupadas por pacientes con covid-19, lo que ha llevado al Gobierno recientemente a solicitar la ayuda de la vecina Alemania.
Las nuevas restricciones, que se suman a las que ya estaban en vigor -como el cierre de restaurantes y escuelas-, estarán vigentes hasta el 3 de noviembre, fecha de vigencia del estado de emergencia. Sin embargo, los datos vaticinan una previsible prórroga de esta medida excepcional.