El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha asegurado este martes que el reciente ataque con misiles de largo alcance ejecutado por las Fuerzas Armadas de Ucrania contra la región de Briansk -tras recibir el visto bueno de Estados Unidos para este tipo de operaciones- es una evidencia de que las potencias occidentales "quieren una escalada" en la guerra.
"El hecho de que (los misiles) ATACMS hayan sido usados repetidamente en la región de Briansk esta noche, efectivamente es una señal de que ellos (en alusión a Occidente) quieren una intensificación", ha manifestado Lavrov desde Río de Janeiro, donde ha celebrado una comparecencia del prensa al margen de la cumbre del G20 que estos días se celebra en la ciudad brasileña.
Así las cosas, el máximo representante de la diplomacia rusa ha repartido responsabilidades y se ha adherido a las declaraciones repetidas en varias ocasiones por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmando que "sin los estadounidenses, es imposible usar estos misiles de alta tecnología", apuntando así a una supuesta colaboración de Washington en los últimos acontecimientos.
Primer ataque con misiles de largo alcance
El Ministerio de Defensa de Rusia ha asegurado que las Fuerzas Armadas ucranianas atacaron durante la noche de este martes la región de Briansk con misiles de largo alcance ATACMS, días después de que el Gobierno de Estados Unidos diese 'luz verde' a la utilización de estos proyectiles fuera de las fronteras de Ucrania.
El Ministerio ha informado del disparo en torno a las 3.25 (hora local) de al menos seis misiles, cinco de los cuales fueron derribados por los sistemas de defensa antiaérea rusos y uno más resultó "dañado". El ataque no ha dejado daños personales, si bien restos de uno de los misiles sí han provocado un incendio en una instalación militar.
La Administración de Joe Biden retiró el pasado fin de semana su veto a la utilización de los ATACMS para atacar objetivos dentro de Rusia, lo que ha abierto a las fuerzas ucranianas un nuevo abanico de potenciales operaciones, habida cuenta de que estos misiles tienen un radio de alcance de hasta 300 kilómetros.
El Kremlin ha avisado en varias ocasiones de que el aval estadounidense al uso de los ATACMS puede implicar el inicio de una nueva fase en el conflicto, en el marco del cual el presidente Putin ha promulgado este martes un cambio en la doctrina nuclear que amplía el tipo de amenazas ante las que Moscú se reserva el derecho a responder.