El presidente de EEUU, Joe Biden, ha aterrizado este viernes en Yeda, la segunda ciudad más poblada de Arabia Saudí, con el objetivo de buscar una alternativa al petróleo ruso, ya que el contexto internacional sigue profundamente afectado por la guerra en Ucrania.
Debido a las tensiones entre ambos Estados, la expectación por el saludo entre los dos líderes era mayúscula. Finalmente, el saludo ha sido un tímido y ligero choque de puños: mucho más informal que el clásico apretón de manos. Este gesto refleja la situación actual entre ambos países.
El mandatario estadounidense ha tenido que reunirse con el polémico príncipe saudí, Mohamed bin Salmán, con el que tiene cuentas pendientes, entre otras cosas por el asesinato del periodista de The Washington Post, Jamal Khashoggi, en 2018. También era el exdirigente de Al-Arab, un popular canal de noticias de Oriente Medio.
Fue atado, asfixiado y desmembrado por un escuadrón de asesinos sauditas compuesto por 15 miembros por sus posturas disidentes contra el régimen totalitario de Arabia Saudí. El Gobierno de la nación asiática, lejos de querer esclarecer el suceso, se dedicó a destruir todas las posibles pruebas para no dejar rastro de lo ocurrido.
Milana bonita
Por conseguir petroleo el gringo besaría el trasero de ese asesino...