El Senado de Estados Unidos ha respaldado este martes la apertura de los debates para tratar de derogar la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama, en un paso que algunos daban ya por imposible y que concede un respiro político al actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
El pleno, que ha arrancado con la irrupción de manifestantes contrarios a la derogación del Obamacare, ha permitido a los republicanos sumar los votos necesarios para pasar a la siguiente fase y comenzar el debate en sí sobre los términos y condiciones de una nueva ley sanitaria.
La votación ha concluido con un empate a 50 votos entre partidarios y detractores de seguir adelante, pero el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ha hecho uso de su posición como presidente del Senado para deshacer en última instancia el desempate.
"Tenemos el deber de actuar", ha esgrimido el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, antes de la votación, según informan medios locales. McConnell ha recordado que se trata de una de las principales promesas de su partido, tal como se ha encargado de advertir Trump en una batería de mensajes difundidos en los últimos días en redes sociales.
El momento más emotivo de la sesión ha coincidido con la entrada de John McCain, que ha acudido al Senado por primera vez tras ser diagnosticado de cáncer. Legisladores de ambos partidos se han unido en un aplauso unánime para recibir a uno de los líderes históricos de la Cámara Alta norteamericana.