La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha dado una orden directa a su Ejército: tomar "medidas drásticas" contra todas las "provocaciones" de China. Por ese motivo, este martes, un grupo de soldados taiwaneses ha disparado contra un dron que sobrevolaba un islote en alta mar con la intención de advertir a Pekín. Es la primera vez que el país isleño utiliza esta táctica de disuasión. El dron, tras el ataque, regresó a China, según un portavoz militar que ha informado al respecto al diario The Guardian.
Taiwán ha manifestado sus quejas acerca de la frecuencia con la que los drones chinos vuelan a lo largo de su territorio, en especial sobre pequeños grupos de islas cerca de su costa. En este caso, se cree que China ha enviado el dispositivo como una señal de protesta o desaprobación por la visita de la Presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a principios de agosto.
El portavoz del comando de defensa de Kinmen, un pequeño archipiélago administrado por el Gobierno chino, ha comunicado que los proyectiles fueron disparados contra el dron poco antes de las 6 de la tarde (hora local). No ha habido una respuesta inmediata por parte de Pekín. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino desestimó las quejas de Taiwán sobre estos aviones no tripulados, afirmando que no hay que "armar un escándalo".
Tsai Ing-wen está dispuesta a hacer todo lo posible por proteger su espacio aéreo: "No provocaremos disputas y ejerceremos la autocontención, pero eso no significa que no vayamos a contraatacar". Sus directrices están calando en el Ejército taiwanés, pues hay por lo menos dos vídeos circulando por la red en los que se les ve en sus puestos lanzando piedras a los drones con la intención de derribarlos.