Los estados conservadores de Texas, Idaho y Tennessee (EE.UU.) han empezado a implementar este jueves unas leyes que prohíben casi por completo el aborto y, en algunos casos, establecen castigos de cadena perpetua para los médicos que lo practican.
Se trata de un nuevo paso en la guerra contra el aborto que se libra a nivel estatal desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos retirara en junio las protecciones federales a ese derecho, lo que ya ha dejado a más de 20,9 millones de mujeres en edad reproductiva sin acceso a ese procedimiento.
Las nuevas leyes no cambian la realidad sobre el terreno en Texas, Idaho y Tennessee, que ya prohibían el aborto a las seis semanas de embarazo y donde la mayoría de las clínicas dejaron de prestar esos servicios tras el fallo del Tribunal Supremo.
Pero sí establecen o aumentan las multas y penas de cárcel para el personal médico, en un intento por intimidarlo, según las organizaciones defensoras del aborto.
Cadena perpetua en Texas
En concreto, la ley de Texas establece que el aborto es ilegal desde el momento de la concepción y fija penas de hasta cadena perpetua para quienes practican ese procedimiento, además de multas que pueden llegar a los 100.000 dólares. El doctor Bhavik Kumar, que trabaja en Texas desde 2015, dijo a Efe que la perspectiva de pasar el resto de su vida en prisión tiene un fuerte impacto en él y su equipo.
"Tiene un efecto profundo, es algo que traumatiza y produce mucho estrés", describió Kumar, pero aseguró que la nueva ley no cambiará la labor que desempeña en la clínica de Houston de Plan Parenthood, organización que opera la principal red de centros de salud sexual y reproductiva del país.
Texas tiene actualmente en vigor tres leyes que prohíben el aborto: la que empezó a implementarse este jueves, otra que data de 1925 y la que prohibía el aborto hasta las seis semanas de embarazo y que entró en vigor en septiembre de 2021, antes de que el Tribunal Supremo revocara el fallo "Roe contra Wade" que protegía el derecho al aborto desde 1973 en todo el país.
Detrás de la telaraña legal, la única excepción que queda es para los casos en los que la vida de la madre corra peligro. Sin embargo, los médicos en estados con excepciones similares están teniendo dificultades para definir qué se entiende como "peligro" para la vida de la madre y, por miedo a represalias, tienen que pedir consejo legal a los abogados de sus centros médicos, alargando el proceso.
De hecho, el estado de Texas ha intentando restringir aún más esa excepción para los casos en los que esté en peligro la vida de la madre y, este miércoles, consiguió que un juez bloqueara los intentos del Gobierno de Joe Biden para permitir los abortos en caso de emergencia médica.
El Gobierno de Biden quiere que los médicos intervengan ante el mínimo indicio de que la madre está sufriendo una emergencia médica, pero Texas busca que solo lo hagan cuando no haya ninguna duda de que la vida de la madre corre peligro, lo que puede acarrear consecuencias nefastas para su vida.
La única excepción, salvar la vida de la madre
En Idaho tuvo lugar un debate similar pero en ese caso otro juez dio la razón al Gobierno federal, al determinar que debe protegerse la vida de la madre, y bloqueó la entrada en vigor de una parte de la ley que establecía penas de cárcel para los doctores que intenten responder a una emergencia médica.
Pese a ese fallo, la ley que entró en vigor en Idaho prohíbe casi totalmente el aborto y no recoge excepciones ni para casos de violación ni incesto. Idaho ya prohibía el aborto desde las seis semanas, pero la nueva norma sepulta aún más ese derecho y contribuirá al miedo y confusión que sienten los pacientes, dijo a Efe Rebecca Gibron, consejera ejecutiva de las filiales de Planned Parenthood en Idaho y Washington que atienden a unas 38.000 personas.
En Tennessee, la norma que entró en vigor es muy parecida con un veto casi total al aborto y excepciones solo en caso de que la madre vaya a perder la vida. Como resultado, lo único que pueden hacer ahora las clínicas de Tennessee es conectar a los pacientes con servicios médicos de otros estados y ayudarlos a buscar transporte o fondos para el viaje, explicó a Efe Ashley Coffield, consejera delegada de Planned Parenthood en Tennessee.
Según Coffield, lo más perjudicados son los pacientes de bajos ingresos y de las minorías hispana y afroamericana. A las restricciones que empezaron a implementarse este jueves, se sumará el viernes otro veto casi total al aborto en Carolina del Norte y otro similar en Oklahoma, que entrará en vigor el sábado.
Cuando esas leyes entren en vigor, una de cada tres mujeres en edad reproductiva habrá perdido el acceso a un aborto legal en Estados Unidos, según The Washington Post. De los cincuenta estados de EE.UU., dieciséis tienen en vigor restricciones al aborto y de éstos se ha eliminado el acceso por completo en nueve, de acuerdo a Planned Parenthood.