Eduardo, nombre inventado para proteger su identidad, viajaba desde Caracas a Curaçao, territorio autónomo de Países Bajos, cada dos semanas 'acompañado' por unas catorce personas que pasaban sus tarjetas de crédito en "tiendas ya seleccionadas" para obtener dólares en efectivo. El cupo de 3.000$ que obtenían por barba cada uno de esos 'turistas' iba a parar a manos de su jefe, quien después de haber corrido con los gastos de avión, alimentación u hospedaje si fuera necesario, los vendía en el mercado paralelo a un precio que incluso llegó a ser ocho veces mayor. Esta es precisamente la fórmula del denominado turismo cambiario: el venezolano consigue que el Estado le asigne su cupo de dólares, sale del país y tras "raspar" su tarjeta de crédito, se trae de vuelta los dólares para venderlos en el mercado negro, actualmente, a diez veces el precio que pagaron en un principio.
Esta modalidad de turismo para obtener moneda extranjera, que no es nueva pero si se está intensificando recientemente, está colapsando a un país que, desabastecido de productos tan básicos como el papel higiénico, viene de entregar un cheque en blanco a su presidente Nicolás Maduro para gobernar con mano de hierro durante un año sin tener que pasar por el Parlamento, el mismo que asegura que la inflación obedece a una conspiración "criminal".
Nuestro protagonista, consciente de que no sólo la compra y venta de divisas fuera del mercado oficial sino también el simple hecho de hablar sobre ello es ilegal en Venezuela y acarrea multas y penas de cárcel, lo ejercía casi profesionalmente. "Yo llevaba a alrededor de catorce personas, salíamos a las siete de la mañana de Venezuela y llegábamos a Curaçao a las ocho y algo. Pasábamos el día allá, normalmente yo iba con las personas y les llevaba a tiendas que ya estaban seleccionadas, donde raspábamos la tarjeta, nos entregaban los dólares en efectivo pagando una comisión y yo los traía de vuelta a Venezuela", explica Eduardo a Vozpópuli. "Actualmente no lo hago".
"La población no tiene acceso directo a divisas extranjeras. Chávez dictaminó que estas divisas son de uso prioritario para la nación y sólo el Estado tiene acceso directo a la utilización de dólares", dice un venezolano
"Yo era un empleado", se justifica, y añade: "A mí me quedaban entre 800 y 1.000 dólares, depende de la cantidad de personas que llevara a Curaçao". El destino caribeño siempre fue el mismo para este ingeniero de Valencia (Venezuela): "Curaçao era lo más cómodo al permitir un viaje de ida y vuelta y por tener unos contactos establecidos".
Durante los ocho meses en los que Eduardo tuvo el turismo cambiario como profesión, apenas se topó con problemas para ejercerlo. "En aquel momento también viajaba por trabajo. Al estar muy cerca de Venezuela, allí trabajan muchos venezolanos y por eso, no era tan sospechoso", comenta añadiendo que en una ocasión le detectaron en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía pero con un soborno de 200 dólares fue suficiente. "El soborno es algo bastante habitual aquí en Venezuela. Con los 200 dólares, me monté en el avión y me fui".
Cambiar dólares por bolívares nunca fue tan lucrativo: la diferencia entre la tasa oficial y la del mercado negro es diez veces superior
Desde que en 2003, el Gobierno del ya fallecido Hugo Chávez impusiera un sistema de control de cambio, los venezolanos no pueden comprar libremente moneda extranjera, ya que están administradas de manera exclusiva por el Estado. Sólo en ciertas circuntancias y tras engorrosos procedimientos burocráticos, se les permite acceder a ciertas cuotas: una de ellas es viajar al extranjero. Al venezolano que planea salir del país por turismo o negocios, el Cadivi (Comisión de Administración de Divisas) realiza una autorización a su banco para que le permita pagar con su tarjeta de crédito en el exterior con un techo máximo de 3.000 dólares. En la actualidad, ha habido cambios y el cupo varía en función del destino: frente a los 3.000 dólares que antes se asignaban para cualquier rumbo, ahora el cupo no supera los 300 dólares anuales para puntos cercanos como Panamá o Curaçao, 2.500 para Estados Unidos y el máximo de 3.000 para Europa.
Precisamente desde la imposición de estos controles, cambiar dólares por bolívares en las calles venezolanas nunca fue tan lucrativo y es que la diferencia entre la tasa oficial y la del mercado negro no había sido tan amplia como ahora. La restricción aplicada por Venezuela para evitar la fuga de capitales, ha generado además de este tipo de modalidades al margen de la ley para obtener divisas, escasez y una inflación anualizada del 45%. Otro dato a tener en cuenta: el Banco Central venezolano estimó en unos 15.000 millones la fuga fraudulenta de capitales sólo el año pasado, según el periódico 'El Cronista'.
"Cuando regreso de viaje, tengo que guardar todas las facturas de lo que pagué con la tarjeta de crédito. Tengo que rendir cuentas de mi dinero a un ente gubernamental", explican venezolanos
Y aquí es donde el Gobierno de Maduro quiere aplicar 'mano dura'. Sus medidas para combatir esta "estafa al Estado", muchas de ellas aún no son realidad, van desde registrar los bolsillos a los venezolanos para ver si llevan tarjetas de crédito de las que no son titulares a implantar lectores de huellas digitales de manera que el cupo de dólares sólo se activaría una vez se haya pasado por la puerta de embarque o bloquear las páginas web que difundan la cotización del "dólar negro". Quienes violen las normas pueden enfrentarse a multas que incluyen penas de cuatro a siete años de prisión. De esta forma, matarían dos pájaros de un tiro y terminarían con otro fenómeno relacionado con el turismo cambiario, el "no show".
"Se han visto vuelos con más de un 30% de asientos vacíos"
Pese a que no hay cifras oficiales del número de personas que se dedica al turismo cambiario, "un indicio está en que si se compara el pasado mes de julio y el del año anterior, el incremento que se registró en las ventas de vuelos al exterior fue del 80 por ciento", según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
Otro dato revelador: el ingreso de venezolanos en Ecuador se duplicó en el último año. Mientras que en 2012, llegaron 24.357 venezolanos, sólo entre enero y agosto de 2013, la cifra se ha disparado hasta 55.757, según el periódico 'El Comercio'.
"De unos meses a acá, en los aeropuertos hacen chequeos aleatorios y revisan si llevas más de una tarjeta de crédito contigo. ¡Incluso la guardia militar puede revisarte los bolsillos!", juzga Eduardo
Dentro de esta variedad de turismo, es muy habitual que una persona viaje con tarjetas de familiares y amigos para "raspar" fuera de Venezuela y después volver con todo el efectivo, que venderán a altos precios. Y no hay problema por regresar con los bolsillos llenos de dólares. "Es legal tener dinero en efectivo en los bolsillos. Puedes entrar en Venezuela con hasta 9.999 dólares sin tener que declararlos en la aduana, no hay problema por eso", explican a Vozpópuli fuentes con conocimiento del asunto, añadiendo que "es legal pero no está muy bien visto. Si te detectan con mucho efectivo, la policía empezará a indagar y a pedirte explicaciones sobre todo porque aunque no sea ilegal tenerlo, sí puede serlo el posible uso que vayas a darlo. Por eso, la gente se lo suele meter hasta en la ropa interior, en lugares donde se supone que no van a tocarte".
"Incluso hablar de la existencia de un mercado paralelo está penado. Que tú cambies bolívares por dólares con un amigo, está penado"
Es el fenómeno conocido como "no show". Que un venezolano viaje, pongamos, con nueve tarjetas de crédito diferentes implica que aunque los billetes de avión se vendan en su totalidad, luego saldrán muchos asientos vacíos porque una cantidad importante de viajeros cancelará sus viajes para después reclamar sus dólares.
La cantidad alarmante de falsos viajeros, con desocupaciones diarias que rondan el 25%, ha llevado a las aerolíneas a cambiar sus políticas de reembolso con el objetivo de evitar cancelaciones. "La decisión reside en el elevado número de no show que estamos teniendo en cada uno de nuestros vuelos, lo cual acarrea fuertes pérdidas a las aerolíneas e impide el viaje a otras personas que si requieren viajar", explica Humberto Figueras, presidente ejecutivo de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela al rotativo El Nacional.
"Pese a que están vendidos todos los boletos, la ocupación de los aviones de rutas internacionales aproximadamente en los últimos tres meses no supera el 40%", según declaraciones del presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela. "No lo podemos afirmar pero, presumimos que se trata de personas que adquieren los tickets para solicitar el cupo viajero de divisas que otorga Cadivi y mandan con terceros las tarjetas de crédito al exterior para obtener dólares", indica.
"Algunos creen que esta situación beneficia a las aerolíneas, que venden sus billetes mucho más caros; otros creen que es un mal negocio por acumular bolívares, una divisa que ha dejado de ser intercambiable en los mercados internacionales"
De ahí que, en la afrenta del gobierno de Nicolás Maduro por combatir el fraude cambiario, sus pasos vayan encaminados a la instalaciones de "captahuellas" en las puertas de los vuelos para que sólo se active el crédito de las tarjetas de la gente de verdad viaja. Una idea para cortar las alas a los dólares viajeros que podría hacerse realidad antes de que finalice 2013.
Los pasajeros que deseen que se les devuelva el dinero deberán presentar una copia de la declaración jurada que emite el portal de Cadivi cuando el viaje no se realiza. Quienes aleguen que han viajado con otra compañía deberán aportar una copia de ese billete y quienes aseguren no haber tramitado la solicitud de divisas, deberán adjuntar una declaración jurada privada si quieren obtener el reembolso.
Comprar un billete de avión a Venezuela es más caro que dar la vuelta al mundo
Desde el pasado octubre, los vuelos a ciudades como Lima, Quito o Miami están prácticamente agotados para los próximos cuatro meses. La temporada de Semana Santa 2014 está prácticamente vendida con una anticipación en la compra de billetes de hasta once meses e incluso, según datos del Consejo Superior de Turismo de Venezuela, el 89% de la oferta de paquetes turísticos y boletos para la temporada vacacional de agosto está liquidada. Además, según el presidente del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil, Francisco Paz Fleitas, los destinos internacionales han experimentado "un exorbitante aumento de precios, en algunos casos de hasta 300%".
Para determinadas rutas internacionales desde Venezuela, el precio de los billetes se ha disparado hasta un 300 por ciento
"Antes Panamá o Curaçao eran los destinos favoritos de los venezolanos por cercanía, ahora por los límites de Cadivi, las prioridades son Perú y Ecuador", señalan fuentes. "No tenemos cupo para Guayaquil, Lima, Montevideo, Bonaire, Puerto España ni La Habana", dicen en una agencia de viajes del centro de Caracas citada por El Nacional. Todo está prácticamente agotado y lo que queda, en fechas no siempre convenientes, tiene precios desorbitados, de ahí que viajar, para muchos venezolanos, se haya convertido en un negocio extremadamente lucrativo.
Si los billetes desde Venezuela a Ecuador o Perú venían costando unos 4.500 bolívares, en la actualidad la distorsión del mercado ha llevado a que estos mismos pasajes no bajen de los 22.000 bolívares. Según cita la BBC, el único billete directo disponible el 22 de octubre entre Caracas y Lima para los próximos tres meses, cuesta 3.496 dólares, al cambio oficial. Mientras, para Bogotá, el precio es de 2.146 dólares.
Ante este panorama, incluso se podría manifestar que comprar en la actualidad un billete de avión a Venezuela es más caro que dar la vuelta al mundo y en muchos casos es incluso una tarea imposible. "Cosa impresionante", en palabras del ministro de Turismo venezolano, Andrés Izarra.
Luis, uno de los afectados por el turismo cambiario
Luis, nombre también inventado por los mismos motivos, representa la situación opuesta a la de Eduardo. Él es la cara B de un turismo cambiario que ha disparado los precios de los billetes de avión para cualquier ciudadano venezolano. "Yo me he visto afectado", reprocha. "Cuando me toca hacer viajes con una organización de carácter global con la que colaboro, mis pasajes son los más caros de todos. De Venezuela a España, el boleto cuesta unos 4.000 dólares con Air Europa y como 3.500 con Iberia mientras que de Caracas a Bogotá está en 2.000 dólares y estamos prácticamente al lado, se tarda una hora y media".
"Los precios de los boletos están por las nubes y no sólo eso, ahora no puedes viajar, tienes que esperar meses para poder viajar a destinos como Perú o Miami"
"Este tipo de turismo nos perjudica a todos, todo se vende y no sólo eso, hay hasta lista de espera", manifiesta crítico. "El dinero que sacan es mucho mayor que lo que les ha costado pagarles el viaje, hotel y alimentación ya que en el mercado paralelo puede haber una diferencia de hasta diez veces el valor oficial. Por otra parte, la persona recibe unas vacaciones gratis a cambio de su asignación anual de dólares".
Madrid, punto caliente del turismo cambiario
Tampoco Madrid se libra de ser escenario del turismo cambiario. En Internet, abundan los que ofrecen el "raspao" de tarjetas "con excelentes condiciones". Pese a que la mayoría de personas o empresas que se dedican a ello no quieren atender la llamada de esta periodista, no tienen escrúpulos para responder casi inmediatamente a correos de supuestos turistas de los que desconocen su identidad y que dicen buscar efectivo.
"Trae tu tarjeta de crédito, la pasamos por nuestro punto de venta y en minutos tienes tu dinero en efectivo o en transferencia. Todo se realiza legal y al alcance de tu visión", reza un anunciante mientras que otro dice "viajar por toda España" y no hay quien duda en hacer descuentos: "Usted se queda con los 400 euros en efectivo (es importante destacar que Cadivi asigna un cupo de 3.000 dólares para viajes a Europa y otros 400 en efectivo para afrontar el viaje), más 10.000 BsF en su cuenta y por supuesto un viaje con todos los gastos pagos. Por cada persona que nos recomiende, le damos 100 euros".
"Cómo viajar gratis a Madrid sin gastar nada. Sólo debes poseer pasaporte vigente", reza un anuncio relacionado con el turismo cambiario mientras que otro proclama: "Tenemos servicio de transporte, visitas guiadas y tours por los pueblos"
La mayoría de páginas web que ofrecen "raspar lechugas europeas" cobra el 15 por ciento de comisión si se trata de tarjetas Visa y Mastercard y un 20% para American Express. Ofrecen el efectivo en euros al momento o realizan una transferencia tomando como referente la tasa de las casas de cambio que operan en Madrid. Advierten que si el cliente desea dólares en efectivo, debe avisar con antelación. Asimismo, es requisito fundamental presentar el pasaporte original. De no ser el titular, bastaría con una fotocopia o un envío previo del mismo escaneado.
A cambio, "este tipo de empresas", en su mayoría ubicadas en el centro de Madrid, da una factura. "Tengo varios puntos diferentes, agencias de viaje, tiendas de ropa, joyería, galería de arte...", manifiesta uno, preparado para cualquier inconveniente que pudiera surgir durante el proceso: "Se debe tener en cuenta que cada tarjeta solo puede ser rechazada 1 vez, por lo que se pide que las personas tengan claro los límites de la tarjeta y la disponibilidad, tengo 6 puntos de diferentes bancos, para una segunda pasada se debe esperar 48 horas".
Y un último consejo: "Debe tener en cuenta que por el éxodo masivo de venezolanos la cita se está dando con una semana de antelación".