Tras trece años en el poder, el partido islamista de Justicia y Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan ha perdido la mayoría absoluta en las elecciones generales celebradas ayer en Turquía. La sorpresa la ha dado el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), izquierdista y prokurdo, que entra por primera vez en su historia en el hemiciclo turco.
Con un 40,8 % de los votos, el AKP sigue siendo el partido más fuerte del país, pero ya no cuenta con el poder absoluto de los últimos años cuando disponía casi del 60 % de los escaños. Aparte de bajar nueve puntos porcentuales, el factor clave que explica la sangría de escaños del AKP es el éxito del HDP que al superar el umbral electoral del 10 % accede al Parlamento como partido con lista única. Hasta ahora, solo tenía representación parlamentaria a través de candidatos independientes.
El segundo más votado ha sido el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), con un 25,1 %, delante del partido de Acción Nacional (MHP), con el 16,4 %. El HDP logra un histórico 12,9 %, gracias no sólo al voto masivo de la población kurda del sureste, sino también al apoyo de un importante sector de la izquierda en toda Turquía.
El AKP se hace con 255 escaños, mientras que el CHP tendrá en la nueva Cámara 135 diputados, el MHP 82 y el HDP 80
La participación electoral llegó al 86,3 %, muy cerca de la tasa registrada en las elecciones de 2011. Así las cosas, el AKP se hace con 255 escaños, mientras que el CHP tendrá en la nueva Cámara 135 diputados, el MHP 82 y el HDP 80, según calcula la agencia semipública Anadolu. Este resultado deja al AKP a 21 escaños de la mayoría absoluta y es considerado por los analistas y la prensa local como un gran fracaso para el presidente Erdogan, quien esperaba obtener más de 330 diputados. Un resultado por encima de 60 % le habría permitido al AKP someter a referéndum una reforma constitucional para ampliar los poderes del presidente.
Su aliado y sucesor al frente del Gobierno, Ahmet Davutoglu, destacó ayer por la noche en un discurso en la sede del partido del AKP que a pesar de todo, el partido islamista sigue siendo el más votado. "Esta noche es un nuevo comienzo y nos esperan mayores logros. Todos deben ver que el AKP ha ganado estas elecciones y es el número uno", manifestó el nuevo primer ministro. En todo caso, no adelantó si buscará pactos o si intentará formar un gobierno en minoría, pero prometió "tomar todas las medidas para no dañar la estabilidad y los avances de los últimos 13 años".
Aunque el AKP sigue superando con gran distancia a sus rivales, un gobierno en minoría se antoja difícil y una coalición más complicada aún, dado el encarnizado enfrentamiento con todas las demás siglas que protagonizó durante la campaña electoral. Los tres partidos opositores podrían formar una mayoría, pero la enemistad abierta entre el prokurdo HDP y los nacionalistas del MHP hace improbable una cooperación tripartita. En este sentido, algunos analistas prevén que el AKP vaya a apostar por un gobierno en minoría para luego convocar elecciones anticipadas en cuanto le sea conveniente.
Demirtas, líder emergente
Por su parte, las urnas han elevado a Selahattin Demirtas, el joven y carismático líder del HDP, que ha sabido sacar este partido de sus tradicionales feudos kurdos y convertirlo en opción aceptable para gran parte de la izquierda kurda. Aparte de su arrojo para galvanizar a sus seguidores, también fue decisiva su capacidad de calmarlos y evitar que se produjeran disturbios en los últimos días de la campaña. Esta disciplina fue especialmente importante tras el atentado cometido el sábado en Diyarbakir contra un mitin del HDP que causó dos muertos y un centenar de heridos, muchos de ellos graves, pero no derivó en disturbios.
"Hemos prometido no formar una coalición con el AKP. No los apoyaremos (en un gobierno en minoría) ni de fuera ni de dentro", dijo Demirtas en un primer discurso a sus seguidores en Diyarbakir, la "capital" oficiosa de los kurdos en Turquía. "Nos espera un rol de oposición honrada y de calidad, una tarea difícil", admitió aunque aseguró que la próxima meta sería "llegar al poder solos". Los analistas aseguran que muchos turcos progresistas votaron al HDP pese a sentirse lejos del movimiento kurdo, ya que consideraron que sólo la entrada de ese partido al Parlamento podría restarle escaños al AKP y arrebatarle la mayoría absoluta.