La huida de Carles Puigdemont ha dejado de ser el único caso de un político fugado y acogido en un país de la Unión Europea: Marcin Romanowski, diputado polaco del partido opositor Ley y Justicia (PiS), ha encontrado asilo en la Hungría de Viktor Orban pese a enfrentarse a 11 cargos por malversación de fondos públicos durante su etapa como viceministro de Justicia entre 2019 y 2023.
El pasado verano, Romanowski perdió la inmunidad que le daba su cargo público, lo que sirvió para comenzar la acusación. Este jueves, un tribunal de Varsovia emitió una orden europea de detención contra él, pero ya era demasiado tarde: había llegado a Hungría. Un caso que es especialmente reseñable porque Polonia tiene ahora mismo la presidencia de la UE y pese a ello, no Orban no ha dudado en iniciar un conflicto diplomático con otro país miembro.
Romanowski, ya desde Hungría, ha publicado un vídeo en el que denuncia una persecución contra él. Además, ha acusado al actual primer ministro polaco, Donald Tusk, de "usurpar el poder ilegalmente". Esta acusación se debe a que PiS fue el partido más votado, pero no logró los apoyos suficientes en la cámara, algo que sí consiguió Tusk.
Las hostilidades entre el gobierno polaco y húngaro ya han comenzado: Tusk ha advertido al primer ministro húngaro que "tiene mucho más que temer" a su gobierno que al revés. El propio primer ministro ha señalado que Tusk se parece cada día más a Bielorrusia. Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Polonia ha llamado a consultas al embajador de Hungría, ya que considera "un acto hostil y contrario a los elementos principales que vinculan a los Estados miembros" dar asilo a Romanowski.
El conflicto también tiene una clara connotación política, ya que habrá elecciones presidenciales este próximo año en Polonia. Y vestir a Romanowski de víctima podría ser una buena forma de recabar votos que les permita ser contrapeso de Tusk.
