El fundador y propietario de la empresa de seguridad Grupo Wagner, el oligarca ruso Yevgeni Prigozhin, estaría acelerando la retirada de sus hombres de Ucrania, después de que Fuerzas Armadas de Rusia hayan estado retrasando el envío de municiones y más efectivos a los frentes en los que se encuentran. El malestar de Prigozhin, antiguo aliado del presidente ruso, Vladimir Putin, viene de lejos, después de que se le haya prohibido a su organización de mercenarios reclutar en las cárceles rusas como había venido haciendo hasta ahora.
Recientemente, Prigozhin llegó a calificar de "traidores" a los altos mandos militares rusos pues supuestamente no estarían escuchando sus demandas de más hombres y municiones, en un momento en el que el grupo continúa peleando con las fuerzas ucranianas alrededor de la ciudad de Bajmut. En represalia, Prigozhin, cuya independencia no está gustando en el Kremlin, planea la retirada de Ucrania y retomar las actividades del grupo en África, donde tiene varios frentes abiertos en colaboración con las autoridades de algunos países del continente, según fuentes consultadas por la agencia Bloomberg.
A pesar de meses de lucha, las fuerzas ucranianas están repeliendo los ataques de Wagner para hacerse con Bajmut, escenario ansiado por Moscú por ser centro del que parten los suministros que Kiev envía a sus tropas en el frente oriental. Los mandos militares parecen haber logrado sembrar dudas en Putin acerca de las supuesta supremacía militar de Wagner, después de que el presidente ruso transfiriera al Ministerio de Defensa la exclusividad de poder reclutar entre los centros penitenciarios del país.
Desde el inicio de la invasión de Ucrania hace ahora poco más de un año, Prigozhin tuvo acceso ilimitado a las cárceles rusas para reclutar a los presos que estuvieran dispuestos de ir a la guerra a cambio de su liberación en caso de que sobrevivieran al menos seis meses. Sin embargo, muchos de ellos no contaban con la preparación militar necesaria para emprender una empresa de esta magnitud. Según el servicio británico de Inteligencia, la mitad de los 40.000 presos que fueron reclutados han muerto. La semana pasada, Wagner anunció una campaña de reclutamiento en centros deportivos en casi medio centenar de ciudades rusas, con la que esperan inscribir a unos 30.000 nuevos voluntarios.