El Tribunal Constitucional alemán ha rechazado un recurso presentado por dos personas, que admitieron su pasión por los animales. Los querellantes declararon que se sentían atraídos por distintas especies y que la prohibición reinante en este país suponía vulnerar su derecho a la libertad sexual.
La zoofilia es considerada una infracción a la ley de protección animal vigente en Alemania y es penada con multas de hasta 25.000 euros.
La asociación de defensa animal PETA ha declarado que los jueces estimaron que la protección del bienestar del animal es un objetivo legítimo y que el Estado puede y debe prohibir los abusos sexuales a animales ocasionados por personas.
El individuo debe "aceptar medidas estatales que son adoptadas por el bien general o en interés de terceros que son protegidos por derechos fundamentales", alega el tribunal en su escrito. En Alemania, la protección de los animales tiene rango constitucional.