Por el momento no ha conseguido ningún papel, ni creo que lo logre. Para formarse no estudia arte dramático ni va a clases de interpretación, pero ha decidido visitar las principales Manor Houses de Inglaterra donde se suelen rodar películas. Por el momento su favorita es Hatfield House.
La casa anima a creerse director de cine. Cada sala es un posible plató y la decoración demuestra cómo era la Inglaterra de los Tudor. En el siglo XVI, la nobleza británica cambió los austeros palacios medievales por acogedoras mansiones. Hatfield House puede presumir de ser la primera en convertirse en residencia real, aunque lo fue por poco tiempo.
Desde entonces, el lugar ha mantenido su magia, y el cine ha incrementado la leyenda. La reina Isabel, Elisabeth, interpretada magistralmente Judith Dench en Shakespeare in love, fue uno de los pocos miembros de la realeza en residir en Hatfield, de donde salió cuando le llegó la hora de ser reina. Posiblemente, uno de los robles de su maravilloso jardín era el lugar donde se encontraba sentada en el jardín cuando le dieron la noticia de que iba a ser monarca.
Cuadros, esculturas, tapices y toda la decoración está dotada de un ambiente recargado para un lugar espléndido, que rezuma historia… En el interior de la casa se pueden ver varios retratos de la reina y objetos como guantes, un sombrero o unas medias. Desde que se rodó parte de Greystoke (1984) hasta Harry Potter (2011), pasando por Vanity Fair, Tomb Raider (2001) o Hermanos de Sangre (2000) han tendido las cámara para suerte de los aficionados al cine y de los fondos del marqués de Salisbury, descendiente del primer propietario que heredó el palacio de Jacobo II, que le dio el palacio. Para ser propietario de esta casa hay que tener un punto de actor.