En Medina del Campo la cosa fue bien… En Arévalo, también. En Jumilla, empezaron los problemas y en Iscar, casi le cuesta el divorcio. Cuando decidió tomarse un día libre para hacer un profundo estudio sobre el sistema de defenda de la fortaleza, nadie le avisó que en el interior del castillo de ha instalado una fábrica de cerveza.
Primero se interesó por la vida de D. Pedro de Zuñiga y Avellaneda, luego por su esposa Catalina de Velasco y Mendoza. Le pareció muy interesante como Alfonso VI y Adberraman II también dejaron su huella en la zona y las fotos de su torre del homenaje de planta pentagonal y los restos del foso defensivo eran casi perfectas. Sin embargo, al ver la planta de elaboración de La Loca Juana su rostro cambió rápidamente. La cerveza es su bebida favorita y siempre es agradable descubrir como la industria cervecera apuesta por una elaboración artesanal, con un producto novedoso y de alta calidad. La Loca Juana es una bebida para beber despacio, para estar sentado y no tener que mirar el reloj.
Técnicamente es una cerveza de graduación media. Dicen que es una Pale Lager. Desde un primer momento resulta muy atractiva por su maravilloso color ambar, brillante y poderoso. Cuando se toma el primer sorbo, la boca se llena de emociones. Los perfiles crítricos se mezclan con un fondo delicado, con recuerdos a miel. Su delicado punto de acidez ayuda a disfrutar de esta bebida de un modo tranquilo, más propia de la butaca que del taburete, mejor junto a la chimenea que junto a la piscina… Y puesto a ser sibaritas, siempre se puede suavizar con una rodajita de naranja para crear el momento perfecto.
Mi amigo aguanto bien las dos primeras cervezas, pero después de comer un asado de la tierra apostó por otras dos y una generosa siesta. Lo que era una simple excursión, se convirtió en un viaje de tres día. Dice que fue por el estudio de la cimentación del castillo y los trabajos de recuperación del espacio defensivo; pero muchos sabemos que desde esos días, La Loca Juana y el estudio de la España de los siglos XV y XVI le están robando mucho tiempo. Evidentemente, cualquier excusa es buena y no siempre un castillo de transforma en una fábrica de cerveza