En Maui casi nos podemos creer estos relatos, porque el paisaje supera con mucho las expectativas. Lo primero que hay que hacer al llegar a la isla es hacer la ruta por la Costa de Hana, la actividad más popular para los turistas en Maui. Dicen en la isla que es “el sitio más maravilloso del mundo para conducir”. Y no es para menos, pues muestra un escenario natural de belleza salvaje precioso. La carretera que tomamos va desde Kahului hasta Kipahulu, en el Parque Nacional de Haleakala, recorriendo todo el costado este de la isla.
El viaje dura, como término medio, unas cinco horas, aunque no viene mal emplear todo el día para contemplar las bellezas de la naturaleza. En la carretera no hay ninguna señal, por lo que conviene fijarse muy bien y descubrir uno mismo los secretos de la costa. Eso sí, lo que no hay que olvidar son la cámara de fotos y el bañador.
Parece ser que esta ruta sigue el camino que construyó ya en siglo XVI el rey Pi’ilani. Posteriormente, en el primer tercio del siglo XX, la carretera ya se asfaltó. En el viaje por la Costa de Hana se descubrirán espectaculares cataratas, lagunas de agua dulce, incluidas las Siete Sagradas, y exóticas plantas y flores de magnífico colorido tropical. Todo lo que alguna vez has imaginado, lo encuentras aquí, que por algo dijo Robert Louis Stevenson que aquí “están las playas más bonitas que he visto jamás”.
La movida está en Pa’ia
Hoy en día, la Costa de Hana es el sitio más popular de Maui. En esta costa está la ciudad de Pa’ia, un lugar donde antes hubo importantes plantaciones de azúcar y que ahora está tomado por la movida alternativa. En las proximidades de esta ciudad está Ho okipa Beach Park, el lugar más popular de la isla para practicar windsurf y surf.
En el viaje por la isla, también es obligado subir a la cima de la montaña volcánica de Haleakala. En el Parque Nacional de Haleakala se puede hacer una ruta en bicicleta por la montaña volcánica. Es la Carretera del Cráter que lleva hasta la Colina Roja (Red Hill). Es una carretera con muchas rotondas, que a los aficionados al ciclismo les puede recordar Alpe D’Huez y además hay unos cuantos miradores que tienen espléndidas vistas al Parque.
Otro punto de interés son los campos de piña que hay entre Hali’imaile y Makawao. En el valle de Iao, en el interior de la isla, hay un frondoso bosque que recoge mucha agua de lluvia cada año; está cerca de Wailuku.
Piedras en el camino
En el lugar más septentrional de la isla está la Bahía de Honokohau, que tiene unas playas magníficas. Es tradición que los turistas pongan piedras a lo largo de la carretera, como señal de que estuvieron allí y de que volverán algún día. Menos mal que se cumplió el ritual…
Tampoco hay que dejar de montar en las famosas embarcaciones Snorkel, que te adentran en el mar para ver lugares tan paradisíacos como el islote de Molokini. A bordo de estos barcos, se puede ver también a las ballenas y las acrobacias de los delfines. Además, te llevan hasta la Ciudad de las Tortugas. Los precios están alrededor de los 35 dólares, incluyendo comida.
Pero Maui si se caracteriza por algo es por ser la Meca del surf. Las playas de Ho’okipa son la capital mundial del windsurf, adonde acuden miles de surferos en busca de cada una de las olas del mar. Aquí se dan las mejores condiciones de aire y agua para practicar este deporte. Además, se celebran varias competiciones mundiales cada año.
LAS SIETE MARAVILLAS DE MAUI
1. Valle Iao. Este valle está al lado de la población de Wailuku. Una roca natural de 2000 pies de altura preside el riachuelo Iao. Todo está cubierto por plantas exóticas y tropicales. Fue escenario de una importante batalla.
2. Islote Molokini. Está rodeado por aguas volcánicas erosionadas. Es el destino más popular de los buceadores. Tiene una reserva natural de vida marina. Es el destino de los viajes en barca desde el puerto de Maalaea, que está a 3 millas. Las mejores condiciones se dan al amanecer.
3. Cumbre Haleakala. Esta cima está a 10.023 pies de altura en el Parque Nacional Haleakala. Cada año es visitado por un millón de turistas. Un volcán dormido ha erosionado el suelo con cráteres, como si fuera la superficie de la luna.
4. Distrito de Kipahulu. Está en el Parque Nacional de Haleakala, cerca de Hana. Las vistas son paradisíacas con cascadas salvajes y una amplia vegetación tropical. Hay bosques de bambú y raras especies de pájaros.
5. Gran playa de Makena. Fue un lugar de recreo para la realeza hawaiana. Se accede por un camino. Tiene vastas extensiones de arena dorada y se caracteriza por el color turquesa de sus aguas oceánicas. Cuando no hay olas es un lugar magnífico para nadar, aunque también se puede hacer surf cuando suben las mareas.
6. Lahaina. Es una ciudad histórica. Fue capital de Hawai y tiene un importante puerto. Hay monumentos históricos, grandes almacenes para comprar y buenos restaurantes. Además, desde su puerto salen cruceros.
7. Ballenas. La bahía de Maalaea se puebla cada temporada por más de 1500 ballenas encorvadas que migran desde las aguas polares hasta Maui. La temporada para verlas abarca desde noviembre a mayo. Pueden ser vistas desde las embarcaciones o si tienes suerte desde las mismas costas de la isla.