La forma laberíntica al aire libre que compone el museo, sobre todo si la ves sobrevolando la zona, te llevan a pasear por calles claustrofóbicas y a sentir la angustia que más de 70.000 personas pasaron el 12 de mayo del 2008, cuando un terremoto de magnitud 8, sacudió el condado de Wenchuan, en China. Este desastre natural, ha sido uno de los mayores vividos en China desde 1976.
La responsable de realizar esta obra en memoria de los fallecidos (más de 70.000 muertos y 5 millones de personas sin casa), fue la Universidad de Tongji y el diseñador Cai Yongjie bajo el nombre de ‘Memorial Museum, creado con la estética de un paisaje roto, pero mimetizado en el entorno natural que envuelve la zona con edificios subterráneos, techos verdes, paredes de acero y lagunas que te llevan al interior del edificio. El museo abrió sus puertas en el quinto aniversario del desastre natural, en 2013, donde los visitantes pudieron recrear la angustia de los habitantes de la zona que padecieron el terremoto.
El exterior del museo, donde se ubican los caminos laberínticos y amplias plantaciones de árboles protegidos por paredes rojizas, se encuentran repletos de bancos para que los visitantes puedan sentarse al aire libre y meditar sobre lo ocurrido. La zona es muy tranquila y silenciosa, pensado también así precisamente para inducir a dicha meditación, recogimiento y reflexión personal. Si vas por la noche, podrás disfrutar de un ambiente relajado ambientado con luces tenues indirectas.