Destinos

La Ruta 66, en recuerdo de Jack Kerouac

Aunque creo que las aventuras de Sal Paradise (pseudónimo de Jack Kerouac en En el camino) apenas rozan en alguna ocasión la Ruta 66, hablar de Kerouac, los beatniks, los viajes y la aventura acaba siendo volver una y otra vez a esta carretera mítica.

Tan mítica que, de hecho, ya casi ni existe como tal, sólo algunos tramos han sobrevivido a las nuevas interestatales que atraviesan ahora Estados Unidos de costa a costa.

Pero ahora, con la película de Walter Salles poniendo nuevamente de moda a estos viajeros que buscaban drogas, chicas y vida en la carretera, es el momento de recordar esta ruta mítica. No estaría mal leer este texto escuchando la música de (Get your kicks on) Route 66 de Bobby Troup a todo volumen. La versión de The Rolling Stones es una de las más conocidas.

La Route 66 es una larga e histórica carretera que va desde Chicago hasta Los Ángeles. Es famosa porque fue la que hace décadas siguieron muchos para llegar a California, ya fuera buscando un mendrugo de pan (tipo los personajes de Las uvas de la ira, de John Steinbeck y John Ford) o buscando la libertad (más en la onda de los hipsters y los beatniks de los 50).

Como tampoco es una cuestión de sacar sobresaliente en la asignatura de viajero, si no se tiene mucho tiempo para recorrer corriendo los miles de kilómetros de la 66 lo mejor es centrarse en algún tramo de la ruta. En este caso lo mejor sin duda es dirigirse a Nuevo México y Arizona. Aquí van 6 etapas de la ruta mística hacia el oeste:

Alburquerque. La parte antigua mantiene una arquitectura tradicional de aires españoles. El Pueblo Cultural Center tiene objetos de las culturas indígenas pero también dinosaurios. Alburquerque es la capital mundial de los globos aerostáticos.

Gallup. Es el lugar de partida para visitar Mesa Verde, Canyon de Chelly, Chaco Canyon, maravillas naturales y de recuerdo de las culturas indígenas. Las estrellas de Hollywood que rodaban por la zona se alojaban en El Rancho Hotel. Entre mayo y octubre hay rodeos. Puro oeste.

El Bosque Petrificado. Un museo de naturaleza y tiempo: centenares de troncos de árboles petrificados desperdigados por el campo. Al salir los rangers te revisan las bolsas de las cámaras por si te llevas algún trozo.

Holbrook. El sitio para parar: bares, moteles, tiendas, todos con los carteles de Route 66.

Flagstaff. La puerta hacia Grand Canyon y Monument Valley. Sí, ya sé que no están en la Route 66 pero los desvíos se aceptan en cualquier viaje.

Williams. Hay que detenerse y quedarse en The Reg Garter, un hotel-panadería centenario que en otros tiempos fue el típico salón-burdel de las películas. Si te gustan las pelis del oeste puedes quedarte y tu mujer, si es comprensiva, entenderá que pases la noche en un (antiguo) burdel. Por el recuerdo de las sesiones dobles (de películas del Oeste).

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