Reed Hastings se paseaba pletórico en la mañana de este martes por la sala donde Netflix había organizado el lanzamiento de su compañía. El hombre que ha conseguido poner en jaque a los grandes conglomerados audiovisuales de todo el planeta aterriza, por fin, en el mercado español, uno de los más complicados de Europa por la incidencia de la piratería, y no parece asustado por el reto. “Es muy emocionante estar aquí hoy”, aseguraba ante los periodistas. Ante sí tiene el reto de conseguir que en la península -Netflix llega a los dos países ibéricos al mismo tiempo- también se ponga en marcha lo que él mismo llama “la revolución de la televisión por Internet para los próximos 20 años”.
“Netflix está personalizado: eso nos permite conocer los gustos de cada persona y los tipos de películas y series que le gustan”, explica Hastings.
¿En qué consiste esa revolución? Para los que nunca hayan oído hablar de Netflix, aquí va una breve explicación: la compañía distribuye contenidos audiovisuales -tanto propios como externos- a través de Internet, de modo que sus espectadores los pueden ver en el momento que más les apetezca. Ofrece estos servicios a través de varias tarifas planas que aumentan de precio según el número de dispositivos que se puedan conectar a la vez y la calidad de reproducción de los contenidos y va renovando el catálogo día a día incorporando nuevas producciones -propias en gran parte- simultáneamente en todos sus mercados. “Cuando se lanza un contenido, se hace en todo el planeta a la vez”, apunta Ted Sarandos, director jefe de contenidos de la compañía.
Maestros del ‘big data’
En principio, todo esto no parece muy diferente de lo que hacen otras empresas similares pero es Netflix la que ha conseguido establecerse como referencia de la cultura popular de nuestro tiempo. ¿Cómo lo han logrado? “Netflix está personalizado: eso nos permite conocer los gustos de cada persona y los tipos de películas y series que le gustan”, explica Hastings. Lo que quiere decir es que analizan millones de datos sobre los gustos y el comportamiento de los usuarios mientras están viendo o buscando algo para así poder predecir qué tipos de contenidos les van a gustar. “Puede verse así: relacionamos shows y si te gusta éste, es probable que te guste este otro”, continúa.
Hastings ya se ha reunido con productoras locales para empezar a conocer el panorama de la industria audiovisual española.
Ese, el innovador uso de los datos para generar recomendaciones, es el gran pilar en el que la compañía basa su estrategia de crecimiento. Cada capítulo de cada serie está cargado de metadatos basados en el comportamiento de los usuarios mientras lo están viendo, de modo que pueden saber si uno le da mucho a la pausa o al rewind, si ve un solo episodio o se da un atracón de temporadas completas… y a partir de toda esta información no solo es posible sugerir series o películas similares, sino también intuir cómo podrá funcionar otro show entre el público. “Los datos nos son muy útiles para poder determinar la audiencia potencial de un formato, lo que nos ayuda a decidir cuánto vamos a invertir en él”, detalla Sarandos, que niega que que esos datos sean sometidos a ingeniería inversa para crear productos basados en los gustos de los espectadores: “Lo que no hacemos es estudiarlos para decir 'vamos a hacer esta serie ambientada en Miami', por ejemplo”.
“Hoy empezamos a aprender de los gustos de los españoles”, avanza Hastings, que ya se ha reunido con algunas productoras locales para tantear el panorama de la industria audiovisual del país. Por ahora no hay ningún acuerdo cerrado para poner en marcha formatos propios, ya que antes conocerán mejor a los espectadores, pero en “enos de dos años”, confirma Sarandos, Netflix también comenzará a encargar series españolas que serán incluidas en su catálogo mundial. El objetivo final es crear una marca global con todos sus títulos (“Queremos tener el mejor anime japonés, las grandes telenovelas turcas, programas españoles de televisión sorprendentes, películas argentinas…”, afirman convencidos) y desde ahora están un poco más cerca.