El humorista Ángel Martín acostumbra desde hace un tiempo a ofrecer a sus seguidores en las redes sociales un informativo diario de dos minutos en el que relata -de forma condensada- las noticias más importantes del día. El formato es ingenioso y su contenido no era especialmente polémico hasta la semana pasada, cuando al autor le dio por criticar los mensajes gubernamentales que apelan a que los ciudadanos arrimen el hombro ante el momento actual de dificultad. La transcripción del monólogo es la siguiente:
"Media España está en llamas, los suicidios aumentan y yo sigo escuchando que tenemos que hacer un pequeño esfuerzo. Tócate el coño, Maribel. Sinceramente: estoy hasta el rabo de tener la sensación de que somos tú y yo los que tenemos que tragar. El puto pequeño esfuerzo lo deberían hacer los que están al mando y los que quieren estar por una puta vez en la vida deberían entender que los que tienen que hacer el esfuerzo y dejarse de mierda son ellos".
Algunos de los musos mediáticos de la izquierda la emprendieron contra Martín. Le acusaron de “simplista”, de “cuñado” y de “joseantoniano”. “Su speech es el típico ambiguo y populista que no es ni de izquierdas ni de derechas, pero que casualmente es idéntico al discurso ultranacionalista del amigo Jose Antonio Primo de Rivera”, escribió uno de ellos.
Por fortuna, Twitter es una parte minúscula de la realidad, aunque para muchos líderes de opinión sea una parte fundamental de su día a día.
El error de Ángel Martín
Señalar el hartazgo cuando gobierna la derecha se relaciona con el espíritu crítico y con la conciencia ciudadana. Hacerlo mientras la izquierda ocupa la Moncloa es falangista e insolidario. Implica no entender, en absoluto, el duro contexto internacional, que es el que explica la crisis de España. Este razonamiento no se sostiene, pero el propio presidente del Gobierno la aplica cuando habla de “terminales mediáticas” que quieren derribar al Ejecutivo por intereses políticos o económicos. El socialismo ha invertido más tiempo históricamente en buscar al enemigo externo -e interno- que en aplicar el catecismo marxista. Yo siempre tengo razón. Si me criticas es por un odio que no puedes contener.
Señalar el hartazgo cuando gobierna la derecha se relaciona con el espíritu crítico y con la conciencia ciudadana. Hacerlo mientras la izquierda ocupa la Moncloa es falangista e insolidario
Las palabras de Ángel Martín le resultarán extrañas a la izquierda eco-equal-vegan-queer, pero resumen mejor el sentir de los ciudadanos que los discursos que apelan a la 'resiliencia' -maldito término estúpido- y al desarrollo sostenible e igualitario. El sentir tiene una lógica aplastante porque, después de dos años de “pequeños esfuerzos”, los españoles reclaman mejoras efectivas. De las que se ven y se disfrutan. Trabajo, un sueldo digno y seguridad jurídica. Cuando un líder político promete todo esto, pero los ciudadanos no lo aprecian, queda desacreditado. Por supuesto que tiene razón el citado humorista.
Las preocupaciones de los españoles
Basta con consultar el último barómetro del CIS -julio de 2022- para comprobar lo alejada que está la izquierda actual del sentir de los españoles. Los encuestados tuvieron que pronunciarse acerca del que -consideraban- es el principal problema de España y el 29% se refirió en primer lugar a la crisis económica, frente al 13,8% que habló del paro, el 9,8% del Gobierno y los partidos, el 9,2% de “los problemas políticos en general”, el 4,2% de “los políticos en general” y el 2,5% de la sanidad.
El tan cacareado 'medio ambiente' -que conseguido que hasta la información meteorológica sea algo antipático- lo citó tan sólo el 0,5% como primer problema, el 0,8% como segundo y el 1,5% como tercero. Con la igualdad (“desigualdades, incluidas la de género, las diferencias de clases y la pobreza”), los porcentajes fueron del 1,7%, el 1,9% y el 1,4%.
Pese a que los españoles consideran estos temas como problemas menores, la izquierda gubernamental los ha convertido en absolutamente prioritarios y en el leitmotiv que acompaña a sus acciones propagandísticas, que son abundantes, multimedia y cada vez más difíciles de esquivar.
Los círculos de Nazca de Yolanda Díaz
La izquierda que no aspire a ser “rojiparda” o “joseantoniana” debe seguir el mismo guion. Así lo hace Yolanda Díaz, quien hace unos días presidió una especie de círculo, al estilo de aquellos de Podemos- para interesarse por los problemas que preocupan a los jóvenes con la mente más inquieta y jugosa. Un periodista de El Confidencial escribió así de lo que ocurrió ese día.
“La atención y repoblación del mundo rural, una mayor democratización del Estado, ecofeminismo, aumentar las líneas ferroviarias y utilizarlas para transportar mercancía, mayor implicación ciudadana, el ejemplo que se tiene que dar desde las instituciones, los valores que se deben transmitir, planes de trabajo justos, cuidados, las migraciones causadas por el clima… Son algunos de los temas que se han tratado durante el acto”.
Unos días después, Díaz viajaba a Estados Unidos para entrevistarse con Bernie Sanders, a quien concede siempre más importancia la izquierda pop europea que los ciudadanos que le tienen que votar. Pues eso.
Basta con cruzar los datos del CIS con las prioridades que se establecen en los círculos (de Nazca) de Díaz para cerciorarse del porqué esa izquierda califica de “joseantoniano” el malestar lógico y racional de Ángel Martín y de otros ciudadanos. Sencillamente, su concepto de la sociedad y de sus aspiraciones y padecimientos está tan lejos de la calle que son incapaces de entender el lenguaje de los barrios, el pesar de sus habitantes y la sordera voluntaria por la que han optado tantos millones de españoles ante un Ejecutivo que no ha resuelto sus problemas... y ante una izquierda que presta más atención al sexo de los neo-ángeles (ley trans) y otros asuntos menores... que a la economía.
A este ritmo, esa izquierda situada en ese espacio tan elevado, entre las nubes y la nada, va a descubrirse predicando únicamente ante sus propios incondicionales. Y ya se sabe que eso, a la larga, genera problemas de cosanguinidad.
Milana bonita
Viendo y sufriendo las evoluciones sobre la profundidad de la nada y a lo que huelen las nubes que lleva a cabo Yoyoyolanda recuerdo aquello: Hay tonntos que tonntos nacen, hay tonntos que tonntos son, hay tonntos que tonntos se hacen, pero los peores son los tonntos que hacen tonntos a los que tonntos no son...
Grossman
Hay un ejército de izquierdosos a sueldo, sin nada que hacer todo el día nada más que entrar en las redes para boicotear las críticas. Hay nervios, esto se acaba, el ciudadano de a pie está hasta el gorro y ya nada cuela. Que un presidente después de montarse en el falcon hasta para ir a mear y luego diga que el cambio climático mata es de aurora boreal. El sanchismo mata más. Da asco ver a las chupi panda de Chuli viaje en el falcon, oyes, por todo USA que nos lo pasamos pipas, en fins, que esto se acaba y hay que aprovechar. Me llama la atención que aquí en España nunca se pregunta al ciudadano si cree que el presidente miente. Es algo que en otros países serios si se pregunta y es un dato relevante, aquí no se le da importancia. Los finales suelen ser así, la bestia se vuelve más agresiva y violenta.
Fran2
Arranz, como siempre preciso y crítico La izquierda se quedó anquilosada en los 70-80, el antifranquismo, la lucha obrera marxista, el progresismo. los pobres, feminismo etc. Y muchos otros caducos clichés ideológicos (yo los he tenido durante mucho tiempo). Por encima de nosotros (los de la calle), otros colegas (quizás no se creían el rollo) pero disfrutaban de buena vida con muy buenos niveles económicos, se les veía con ropa vaquera y camisa de cuadros en las manifestaciones. Y nosotros los de abajo, pues a agitar la cosa. Unos hemos evolucionado, otros se han quedado varados en el tiempo, eso sí, alborotando cuando toque, que es cuando los de las camisas de cuadros y vaqueros disponen.
Apeiron
No hay día en el que no haya alguna noticia o columna de opinión mencionando a la sra Díaz. Esta señora no era conocida hasta que Pablemos la nombró ministra de trabajo. A partir de ahí, no hemos dejado de padecer la turra de que nos informen de cada una de sus muchas majaderías. Hay más ministros, pero de nadie se habla tanto. ¿Y por qué? ¿Quien le ha votado conscientemente a ella? ¿Qué ha hecho para merecer tanta atención y consideración, aparte de sus desatinos?
Fernandoo
¿Estar hasta los cataplines del gobierno es joseantoniano? ¿José Antonio es victima y es bueno? ¿José Antonio es victima pero es malo? España va a ser el paraíso de los psiquiatras porque nos van a volver locos de atar.
Dudandomucho
Siempre es lo mismo, disparar al pianista.
Ritor
Buenísimo, como siempre.