"No he vivido algo diferente a lo de miles de familias en España, pero como tengo un un pequeño altavoz, voy a ver si contarlo y reflexionar sobre ello sirve de algo". Con estas palabras ha arrancando el programa Carles Francino, presentador del programa 'La Ventana' de La SER, que ha regresado a los micrófonos de la radio tras 47 días ausente a causa del coronavirus.
"Hace 47 días me dijeron que tenía que marcharme de la radio. Me fui a casa cabreado, porque creía que era una medida exagerada. Craso error", ha empezado diciendo Francino. "A los cinco días de dar positivo tuve que ingresar de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz con la fiebre muy alta, el ánimo muy bajo y el oxígeno también", ha proseguido, visiblemente emocionado.
"Las pasé canutas en algún momento, sobre todo durante 48 horas", ha confesado Francino, que ha revelado que padeció "un ictus que afortunadamente parece que no me ha dejado ninguna secuela". "Yo he salido; en cambio, el contacto estrecho, un familiar muy próximo, murió el 12 de abril", ha señalado también Francino.
"La fuerza del cariño"
Tras relatar su experiencia, el presentador de 'La Ventana' ha compartido tres reflexiones. En primer lugar, ha lanzado la siguiente pregunta: "¿Es posible que nos hayamos olvidado de los sanitarios?", y ha señalado que todos los homenajes hacia ellos y su trabajo "se quedan cortos".
Acto seguido, ha indicado que muchos de ellos están cabreados, y ha señalado: "¿Cómo no van a cabrearse tras lo visto durante este fin de semana?", en referencia a los botellones convocados en varias ciudades españolas.
Por último, Francino ha cerrado su discurso de regreso invocando "la fuerza del cariño, que a mi familia y a mí nos ha desbordado", ha reconocido. "Un cariño de amigos próximos, familiares, compañeros de radio...", y que ha ilustrado con el testimonio de una oyente que perdió a su marido y que le ha deseado "toda la fuerza del mundo en su retorno".