El juicio en el que David Jiménez pretendía demostrar que su cese como director del diario El Mundo se debió a su negativa a ceder ante las presiones políticas y económicas que recibió durante el ejercicio de su cargo por parte del presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano, no se celebrará finalmente. Ambas partes han alcanzado un acuerdo este viernes que evitará que se vean las caras en los tribunales, donde el periodista iba a exponer una serie de grabaciones y correos electrónicos que supuestamente acreditan las coacciones a las que le sometieron sus superiores, según han precisado a Vozpópuli fuentes judiciales.
En el juicio –previsto para este lunes- estaban citados a declarar, como testigos, el expresidente de Telefónica, César Alierta, el exministro de Industria, José Manuel Soria (pidió al juez que le dejara declarar por vídeo-conferencia), el antiguo director de Marca, Óscar Campillo, y los predecesores de Jiménez en el despacho principal de la segunda cabecera generalista más vendida de España, Pedro J. Ramírez y Casimiro García-Abadillo. También algunos de los ‘pesos pesados’ de la redacción de El Mundo.
En las semanas previas al juicio, los abogados de Unidad Editorial había impugnado -sin éxito- las pruebas testificales para intentar que no declararan Alierta y Soria. Por su parte, Jiménez había reforzado su equipo de abogados, que durante la mayor parte del proceso estuvo liderado por Cruz Sánchez de Lara.
Este periodista fue cesado de su cargo el pasado 25 de mayo, cuando se cumplía un año de su nombramiento. Unos días después, decidió emprender acciones legales contra la empresa para solicitar que su despido fuera declarado nulo y, de forma subsidiaria, improcedente.
En la demanda que interpuso contra Unidad Editorial, aseguraba que durante el año que permaneció como director del rotativo se vulneraron "sus derechos fundamentales y de la cláusula de conciencia", toda vez que fue sometido a presiones por parte de los responsables del grupo para no publicar determinadas informaciones perjudiciales para el poder político y económico.
Críticas a los medios
Sobre estas prácticas, Jiménez publicó hace unas semanas un artículo en su blog personal en el que desgranaba algunas de las actitudes más censurables de los medios de comunicación españoles, como la de los “caciques” que “han arruinado periódicos” mientras han acumulado “grandes fortunas personales” a la vez que “esquilmaban las redacciones”. O la de los periodistas de reconocido prestigio “que no tienen problema en irse de excursión en viajes pagados por empresas de las que informan o deberían informar”.
En el texto, hacía una referencia velada a las relaciones con los poderes político y económico que mantienen actualmente determinados medios de comunicación, que han torpedeado su credibilidad: “La profesión que tiene como esencia contar las cosas se ha convertido desde hace tiempo en guardián de sus propios secretos inconfesables”, denunciaba.
Una vez que los abogados de Unidad Editorial han puesto fin al litigio que mantenía esta empresa contra David Jiménez, desde la planta noble del grupo deberán tomar una decisión sobre el futuro del actual director del rotativo, Pedro G. Cuartango, quien se encuentra en el cargo desde el pasado mayo en situación de interinidad.