El proyecto televisivo del Real Madrid se inició en el último año del siglo pasado, con Lorenzo Sanz de presidente. Su primer director fue Javier Ares y su primera plataforma, Canal Satélite Digital. Pasó el tiempo y Florentino Pérez quiso que esta cadena llegara a un público generalista, lo que implicaba lograr una licencia para emitir en abierto. Sus deseos fueron atendidos por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que le concedió en 2015 -de alta definición-, aunque eso no implicó que la cadena del club blanco ganara una excesiva relevancia.
Porque la realidad es que Real Madrid Televisión ha vuelto a terminar la temporada como el farolillo rojo de la TDT. Lo ha hecho con el 0,4% de la cuota de pantalla, que es el 0,1% mayor al de 2019, cuando Pérez decidió prescindir de Mediapro (Jaume Roures) y contratar al consorcio conformado por Supersport y Telefónica. Desde entonces, ambas partes se ocupan de dotar de contenidos el canal.
El medio Fórmula TV recoge una relación de los programas más vistos en los últimos días en todos los canales temáticos de la TDT. En el caso de Real Madrid TV, fue la prórroga del partido del Real Madrid B con el Ibiza del pasado 16 de mayo, con 202.000 espectadores.
La audiencia de Real Madrid TV no llenaría el Bernabéu
En un día normal, como el pasado jueves 10 de junio, los datos son mucho peores. Su espacio más visto fue la película Caza salvaje, con 45.000 espectadores, mientras que el programa de producción propia con más seguimiento fue Hoy jugamos, con 18.000. Con los seguidores que suman entre los dos, no se llenaría el estadio Santiago Bernabéu.
La baja audiencia implica en el mundo de la televisión una menor recaudación, lo que complica la tarea de cubrir los elevados costes que supone el tener un canal en abierto. De hecho, Royal Media Internacional S.L., que era la empresa que de Mediapro que facturaba a Real Madrid TV, ingresó en 2017 un total de 19,5 millones de euros, según la información del Registro Mercantil.
A esto hay que sumar el coste derivado del transporte y el mantenimiento de la señal de televisión para un canal en alta definición, que es bastante más elevado que el de los canales convencionales.
Sea como sea, los resultados de audiencia de la televisión del equipo blanco no difieren mucho de los que obtienen las empresas que se estrenaron en la TDT tras el último concurso de licencias. Sin ir más lejos, TEN, el canal del Grupo Secuoya, logra un 0,7% de share, mientras que Dkiss, de Blas Herrero, el 1,1%.
El negocio de la televisión es complejo para los canales que no pertenecen a uno de los dos grandes grupos -Atresmedia y Mediaset-, tanto en términos económicos como de audiencia. La situación se ha complicado además en los últimos tiempos, cuando se ha reducido ostensiblemente la inversión publicitaria que aterriza en este medio de comunicación.
Según datos de la consultora i2P, en 2015 entraron en las televisiones un total de 2.311 millones de euros por parte de los anunciantes, mientras que, en 2020, 1.697 millones.