La dimensión y el peso del Grupo Prisa merman a cada día que pasa. El holding de medios de comunicación fundado por Jesús de Polanco se ha visto especialmente afectado por la tendencia bajista de la bolsa española y sus acciones han perdido en el último medio año casi la mitad de su valor, muy por encima de la media del Íbex 35 y del resto de las empresas cotizadas en el sector de los medios de comunicación. Esta situación ha puesto contra la espada y la pared a Juan Luis Cebrián, que ha visto aflorar en las últimas semanas un contrapoder en la compañía como es el de Amber Capital, un fondo buitre que se ha hecho con el 15% de las acciones y que está ejerciendo presión para que se produzca un relevo al frente de esta empresa.
El crecimiento en Prisa de este hedge fund ha sido constante durante los últimos meses. El pasado agosto, comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que su participación había superado el 3 de las acciones de la editora de El País y, en octubre, que había rebasado el 10%. Actualmente, ronda el 15% y su cofundador, Joseph Oughourlian, trata de hacerse fuerte desde su nueva posición en el Consejo de Administración. Según ha publicado recientemente el diario económico Financial Times, Amber Capital ha realizado maniobras para apartar a Cebrián del sillón presidencial.
El valor de las acciones de Prisa ha disminuido un 48% en el último medio año
Este tipo de fondos de capital riesgo son conocidos en el mercado por invertir en empresas en apuros para tratar de obtener beneficios por la vía rápida a través de la especulación. Pescan en río revuelto sin preocuparse en exceso por el daño que causan sus maniobras en las compañías donde aterrizan. El problema que se han encontrado en Prisa es que sus acciones han disminuido considerablemente durante los últimos meses, lo que complica el éxito de su operación. Mientras el 27 de julio cada título de Prisa cotizaba a 8,9 euros en el mercado continuo, actualmente lo hace a 4,6. Un 48,3% menos, lo que se traduce en que vale 280 millones de euros menos que hace medio año.
Amber Capital ha señalado a Cebrián como el principal foco del mal de Prisa. Le acusa de ser el principal responsable de la depreciación del 95% de las acciones de Prisa y de haber propiciado que la crisis del grupo sea mayor que la que han vivido el resto de los medios de comunicación europeos.
Realmente, su caída en los últimos seis meses ha sido superior a la de las empresas del sector cotizadas, como son Atresmedia (37,7%), Mediaset (31%) y Vocento (37,2%). A esto se une el empequeñecimiento que ha sufrido la compañía desde que en 2013 sus responsables se vieran obligados, tras la refinanciación de su deuda, a desprenderse de Digital Plus y de Ediciones Generales (Alfaguara, Taurus, Aguilar, Suma de Letras, Punto de Lectura, Altea, Fontanar y Objetiva), así como a reducir la dimensión de divisiones como Prisa Revistas. Eso ha supuesto que el volumen de activos de la compañía hayan disminuido desde los 6.700 millones de euros hasta los alrededor de 2.000 actuales.
Amber Capital guarda silencio
Vozpópuli ha contactado con Josep Oughorlian para tratar de obtener más información sobre sus planes para la propietaria de la Cadena Ser, El País y Santillana, pero ha declinado hacer comentarios. Sin embargo, el fondo que dirige se ha caracterizado en los últimos años por desempeñar un papel activo en las empresas en las que invierte, a diferencia de sus competidores, que ni siquiera se plantean tener voz y voto en sus órganos de decisión. De hecho, en la italiana Parmalat y en la francesa Nexans, entre otras, presionó para que se produjeran cambios en su cúpula que les hicieran remontar el vuelo y, por tanto, permitir a Amber Capital incrementar sus réditos.
En el Grupo Prisa, se ha hecho con un puesto en su Consejo de Administración, en el que actualmente cuenta con un peso similar a Rucandio S.A., la empresa de la familia Polanco (17%), y bastante mayor al de inversores internacionales como el mexicano Roberto Alcántara y el catarí Khalid Thani Abdullah Al Thani. Desde ahí, ha comenzado a lanzar proyectiles hacia el trono de la compañía para tratar de desalojar a su dueño, cuya jubilación está prevista para 2018. En medio de esta batalla interna promovida por el caballo de troya que se ha colado en la fortaleza de Cebrián, la crisis de Prisa en la bolsa no se detiene y sus medios de comunicación no ofrecen especiales signos de remontada, aunque sus resultados en los 9 primeros meses del año hayan sido mejores que en los desastrosos ejercicios precedentes.