Quedan ochos días. El próximo 10 de diciembre Prisa celebra una Junta General Extraordinaria convocada en relación a la decisiva operación de refinanciación de la deuda astronómica que arrastra el grupo. La intención del presidente del holding de medios, Juan Luis Cebrián, es cerrar el acuerdo con todos los accionistas antes de la fecha citada. Y seguramente logrará cerrarlo esta misma semana. En todo caso, el reverso de este acuerdo vital para Prisa es, según las fuentes del sector consultadas, el más que probable conjunto de medidas de ajuste que se deberán acometer. Entre ellas, se apunta hacia recortes salariales a los trabajadores del conglomerado o, incluso, despidos.
En el sector de los medios de comunicación, diferentes voces dan por hecho que el acuerdo entre la dirección de Prisa, capitaneada por el propio Cebrián y por su segundo, Fernando Abril-Martorell, y sus accionistas quedará resuelto en las próximas horas. Un acuerdo más que necesario para el conglomerado de medios. Su situación es complicada, con una deuda bancaria neta a 30 de septiembre de 3.241,6 millones. Este plan supone, básicamente, que los grandes bancos españoles y dieciséis fondos buitre aporten a Prisa el oxígeno necerario para sobrevivir.
En cuanto a los bancos, fue en la Junta General de Accionistas de Prisa de 2012, cuando Abril-Martorell presentó un plan para reducir la deuda neta del grupo en 650 millones de euros en dos años, que incluía la entrada en su capital de La Caixa, Banco Santander y HSBC, mediante la conversión de parte de su deuda en acciones por 334 millones de euros. Por ello, el 1 de enero de 2014 los bancos acreedores se convertirán en accionistas de referencia de Prisa al tomar un 20% en virtud de este pacto de canje de deuda.
Por su parte, los fondos buitre (hasta 16 distintos con sedes en Luxemburgo, Reino Unido, ectétera) comprarán warrants por valor de 99,6 millones de euros, con un interés que no baja del 17%. Precisamente en la Junta convocada el 10 de diciembre los accionistas votarán si aprueban o no la emisión de warrants. En esa votación, Cebrián se la juega, pero es casi seguro que se saldrá con la suya, dado que no existe otra alternativa plausible, según fuentes del sector.
Además, la principal obligación que incluye este complejo plan es que Prisa se deshaga de "activos no estratégicos" en un plazo de tres años. Los activos susceptibles de ser enajenados son, como ha reconocido el propio Grupo, el 56% de Digital Plus/Sogecable, la participación del 17,3% en Mediaset y la participación en la portuguesa Media Capital. De los tres, Prisa pretende vender primero Sogecable. Otra opción que gana enteros es que el propio Mediaset adquiera la participación que tiene en su accionariado el grupo de la familia Polanco. Pero, además de estas ventas de activos,es evidemte que a corto plazo serán necesarias medidas de ajuste. Por ello, el temor a recortes salariales crece entre los empleados de Prisa.
¿Primer paso?
La pasada semana trascendió que los trabajadores del diario As, seguramente el medio del grupo que arroja mejores números, habían recibido una oferta de la empresa para bajarse el sueldo. Las fuentes consultadas por Vozpópuli apuntan a que en breve otros empleados del holding conocerán propuestas similares. El motivo es claro: quienes aportan dinero a Prisa para salvar su futuro exigen, a cambio, medidas de ajuste. Así, podría ocurrir que los empleados de El País y la Ser, que ya han sufrido expedientes de regulación de empleo (ERE), vuelvan a tener que ajustarse el cinturón.
Según publicó elconfidencialdigital.com, la oferta de Prisa a los empleados de As es una reducción del salario del 4%. Algo a lo que, por lógica, los representantes de los trabajadores se oponen. Y argumentan, entre otras cosas, que el rotativo arroja buenos datos de números de lectores y, lo más importante, unas cuentas envidiables para el sector. En 2013 se espera que gane hasta nueve millones de euros, extremo que no comparten la mayoría de diarios españoles, inmersos en una grave crisis de ventas e ingresos publicitarios.
Bastante peores son las cifras de El País, que, como publicó Vozpópuli, no remonta un año después de un polémico ERE. También ha habido despidos en la Cadena Ser en varias ocasiones durante los últimos años. Y lo cierto es que las radios de Prisa tampoco pasan por su mejor momento. Si, como parece, ambas redacciones tienen que padececer nuevos ajustes, lloverá sobre mojado.