Desde que el Tribunal Supremo resolvió en enero de 2015 la 'guerra del fútbol', que enfrentó a Grupo Prisa y Mediapro por los derechos audiovisuales de la Liga, Juan Luis Cebrián no había vuelto a librar ninguna batalla mediática. Algo raro en un ejecutivo acostumbrado a utilizar las páginas de El País para lanzar dardos envenenados hacia sus enemigos en el sector. Pero esta semana el presidente de la compañía fundada por Jesús de Polanco ha puesto fin a esta época de deshielo con la competencia y ha iniciado las hostilidades contra los medios de comunicación que han vinculado a su exmujer, Teresa Aranda, con los 'Papeles de Panamá'. El martes, modificó la portada de la segunda edición de El País para incluir una noticia que aludía a las acciones legales que tiene pensado iniciar contra quienes han aireado su relación indirecta con el despacho de Mossack Fonseca. En paralelo, ha prohibido a los periodistas de su empresa que acudan a los programas de La Sexta.
En 'La Sexta' se defienden: "Llamamos a Cebrián antes de publicar la noticia, pero no quiso dar su versión"
La información referida a las actividades empresariales de Teresa Aranda en este paraíso fiscal no implica en ningún momento a Prisa. Sin embargo, su presidente no ha dudado en parapetarse tras la editora de medios de comunicación en esta nueva contienda. Por un lado, con su decisión de apartar a sus periodistas de los platós de la segunda cadena de Atresmedia. Por otro, con su intención de embarcarle en el proceso judicial con el que pretende compensar el "grave menoscabo de la honorabilidad y reputación" que estas informaciones han ocasionado al grupo y a su propia persona.
En Atresmedia, inciden en que Prisa ha tomado esta decisión de forma unilateral y en que la labor de La Sexta era la de informar acerca de su vínculo con los Papeles de Panamá a través de la Fundación Atman para el Diálogo de Civilizaciones. Y precisan que tanto Cebrián como Teresa Aranda conocían la intención de La Sexta de revelar esta conexión y que, en el caso del presidente ejecutivo, rehusó ofrecer su versión al respecto. En Prisa no han querido atender a Vozpópuli para ofrecer sus argumentos.
La cuenta pendiente de Cebrián con Roures
Donde todavía humean las cenizas de una batalla contra Prisa es en Mediapro, una empresa que tuvo que declararse en concurso de acreedores -2010- a consecuencia de los daños que le provocó este enfrentamiento. La guerra duró siete años y culminó en 2015, cuando el Alto Tribunal dio la razón a la productora de Jaume Roures en su litigio sobre los derechos audiovisuales de la Liga y la Copa del Rey y le libró de pagar a Prisa 320 millones de euros. Ahora bien, pocos días antes de que se resolviera, El País publicó una información que aseguraba que Roures tiene cerca de 250 millones de euros distribuidos en 150 cuentas de todo el mundo. Un tercio de ellas, en paraísos fiscales.
Jaume Roures denunció los "métodos sicilianos" empleados por la cúpula de Prisa para atacar a Mediapro
Pocas horas después de que trascendiera esa información, el dueño de Mediapro anunció su intención de querellarse contra el periódico presidido por Cebrián, dentro de una rueda de prensa en la que criticó los "métodos sicilianos" de los dueños de Prisa. A este respecto, aseguró: “Vamos a morder ese cuello y no lo vamos a soltar hasta que salga la última gota de sangre”. Esta causa judicial se encuentra pendiente de resolución en el Juzgado de Instrucción número 29 de Madrid y, por tanto, en el cajón de las cuentas pendientes de Prisa.
Los fusilamientos de Juan Luis Cebrián
Las decisiones tomadas en los últimos tiempos por Cebrián desde su púlpito han escocido entre los periodistas del grupo. Prueba de ello es el artículo que escribió Enric González tras trascender que iba a ser despedido del periódico, en el que atacaba directamente a sus directivos: "Que yo deje un empleo carece de interés. Que más de diez docenas de periodistas sean despedidos de un periódico que baña en oro a sus directivos y derrocha el dinero en estupideces es bastante grave". Unos meses antes de que se publicara esta columna de opinión, el excorresponsal sufrió la censura de un artículo en el que atacaba la "ludopatía bursátil" de los gestores de la empresa de los Polanco.
El pasado noviembre, Miguel Ángel Aguilar, uno de los más veteranos en la casa, fue fulminado por Cebrián después de asegurar, en declaraciones a The New York Times, que la línea editorial de los medios de comunicación españoles está condicionada por las presiones de los acreedores y del Gobierno. Sobre este último, incidía en que ha sido capaz de convencer a la banca de la necesidad de mantener con vida la prensa escrita y le ha salvado de la quiebra, en una clara referencia a la empresa de los Polanco.
Llama la atención que esta rotunda reacción de Prisa se produjera poco después de que trascendiera la intención de los dueños de la cabecera norteamericana, los Ochs Sulzberger, de inaugurar una edición digital en México, un país al que llegarían con el apadrinamiento de Carlos Slim pese a sus problemas económicos, detallados por El País durante esos días. Este Estado centroamericano tiene una notable importancia en los negocios periodísticos y editoriales del holding de medios de comunicación de los Polanco, donde Cebrián mantiene una fluida relación con la cúpula del Partido Revolucionario Institucional (PRI). De hecho, el expresidente Ernesto Zedillo forma parte de su Consejo de Administración.
Sonados enfrentamientos con periodistas
Recientemente, se ha producido un nuevo episodio de la batalla que mantienen desde hace varios años Pedro J. Ramírez y Cebrián por el peso que tuvo El País en el fracaso del golpe de Estado de 1981. El pasado 23 de febrero, después de que el presidente ejecutivo de Prisa ensalzara su labor en un artículo, el director de El Español le respondió con una tribuna de opinión en la que dudaba de la veracidad de su testimonio: "Como en cada aniversario Cebrián necesita aderezar su patraña con algún nuevo detalle, ayer se inventó que me colgó el teléfono. Hace cinco años se imaginó haberme dicho que yo no tenía "huevos", destacó.
La guerra entre ambos periodistas alcanzó su cénit a mediados de la década de 1990, cuando El Mundo incrementó considerablemente sus ventas y su difusión y comenzó a tratar de tú a tú a la cabecera generalista de Prisa. Entonces, en los editoriales de El País aparecieron duras críticas contra los métodos de Pedro J. Ramírez, al que incluso se acusó de defender a los GAL. Durante esos años, Prisa gozaba del favor de Moncloa e inició causas contra prácticamente todos sus competidores. Entre estos, se encontraba el ABC de Luis María Ansón, al que atacó en reiteradas ocasiones por "manipular" la realidad para perjudicar a Felipe González.
La batalla que ha emprendido esta semana Cebrián contra La Sexta no es la primera en la corta historia del canal, puesto que durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero denunció en público los favores gubernamentales que habían recibido Jaume Roures, José Miguel Contreras y sus socios para extender su poder mediático. Ahora bien, en esa ocasión inició la ofensiva al entender que el PSOE había perjudicado a Prisa. Pero ahora, con la guerra emprendida por la presencia de su mujer en los 'Papeles de Panamá', lo hace para defender sus intereses particulares.