Tensión creciente, negociaciones infructuosas, protestas constantes y futuro incierto. Así podría definirse ahora mismo el difícil panorama del Grupo Zeta. En estos momentos se libra una guerra abierta entre los empleados de la compañía y el propietario, Antonio Asensio Mosbah, hijo del fundador, Antonio Asensio Pizarro. La causa de la batalla son los recortes que unos no aceptan y otro desea acometer. En síntesis, la empresa quiere implantar una reducción salarial del 33% y llevar a cabo algunos despidos. Los trabajadores del grupo protestan contra los planes de la compañía y proponen un sacrificio compartido por ellos, el dueño, los directivos y los acreedores. Lejos de acercarse a algún acuerdo, las posiciones de ambos bandos se enrocan cada vez más. Y el plazo para negociar termina el próximo 13 de enero.
Por sorpresa, a finales del pasado noviembre los empleados de Zeta recibieron la noticia de que la empresa pretendía acometer importantes recortes. Desde entonces, el ambiente en los medios del Grupo editor está empeorando y se acerca cada vez más a convertirse en irrespirable. Las intenciones de la compañía consisten, básicamente, en reducir los salarios hasta un 33%. Se trata de consolidar el 8% de reducción salarial acordada en 2012 y añadir otro 25%. Así, los trabajadores perderían un tercio de sus salarios. Los afectados serían unos 700 empleados: 400 de El Periódico, unos 80 del diario Sport y 200 de revistas como Interviú y Tiempo. Entre otras cosas, la plantilla se siente traicionada porque cuando pactó la bajada del 8%, en abril y mayo de 2012, se suponía que se trataba de una medida temporal. Ahora, la empresa quiere mantener ese tanto por ciento y aumentarlo exponencialmente. Y hacerlo para siempre, de forma estructural. Además, la empresa prevé unos quince despidos.
El Grupo Zeta pretende bajar el sueldo un 33% para siempre a unos 700 trabajadores y la plantilla contrata a un bufete de abogados y amenaza con ir a los tribunales
La última reunión entre la dirección y los empleados se produjo este mismo martes por la tarde. Y sigue sin haber avances porque las negociaciones "están totalmente bloqueadas, encalladas", según narra a Vozpópuli uno de los presentes en el encuentro. El período para negociar termina el próximo lunes, 13 de enero. La siguiente reunión será este viernes, 10 de enero. Además, los trabajadores celebrarán una asamblea este jueves. Pasan las horas y el escenario más probable, según las fuentes consultadas, es precisamente el más complicado para unos y otros. Si todo sigue como parece, empresa y trabajadores se verán las caras en los tribunales.
La intención de la dirección de Zeta es, en aplicación del artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, cambiar las condiciones laborales de los 700 afectados. Ellos arguyen, por su parte, que dicho estatuto no es aplicable en este caso porque hay convenios laborales vigentes. Como temen que no haya acuerdo y la empresa actúe de forma unilateral, los trabajadores ya han contratado al bufete de abogados Baker & McKenzie y aseguran que llevarán el caso a los juzgados. Asimismo, no descartan medidas de protesta más drásticas de las que han llevado a cabo hasta ahora.
La compañía dice que no puede pagar los créditos bancarios ni ciertas cargas fiscales que tiene pendientes
Fuentes sindicales explican que la empresa argumenta que la única posibilidad para que Zeta tenga futuro es esa bajada de sueldos del 33%, algo que califican de "chantaje". La compañía arguye que ahora mismo no puede pagar los créditos bancarios ni ciertas cargas fiscales que tiene pendientes. En ese contexto, la propuesta de los representantes de la plantilla es que haga un sacrificio compartido. A su juicio, además del esfuerzo que tengan que hacer los trabajadores, el propietario debería aportar dinero, los directivos deberían bajarse los sueldos y los acreedores, bancos y Hacienda, deberían renegociar sus deudas con la compañía. Todo ello encaminado, explican, a evitar que la empresa acabe en una situación de insolvencia.
Protestas y solidaridad
De momento, a la espera de cómo terminen las negociaciones, las medidas de protesta de los empleados consisten, desde hace ya 20 días, en no firmar las artículos, fotos y gráficos en las ediciones digital y en papel, cumplir de forma estricta el horario y las tareas que figuran en sus convenios y suscribir una carta de reprobación a Asensio y a sus directivos. Precisamente a cuenta de estas movilizaciones se está produciendo un fenómeno cuando menos llamativo. Como publicaba este martes el portal Media.cat, existe un evidente malestar entre los trabajadores de El Periódico por el hecho de que algunos columnistas del rotativo no se hayan solidarizado con ellos. Así, hay columnistas muy conocidos como Jordi Évole y Arsenio Escolar que sí han apoyado públicamente a los empleados, mientras otros igualmente conocidos como Julia Otero han dado la callada por respuesta a las peticiones que los trabajadores les han enviado en las redes sociales.
Además de sus movilizaciones, los afectados han creado una página web donde vuelcan sus críticas a la dirección de la empresa. Entre otras cosas, los periodistas aseguran que el hijo del fundador solo exige esfuerzos a la plantilla y trabaja por un plan de futuro "basado en despidos, rebajas salariales y maltrato a la plantilla". Además, remarcan que el heredero va camino de "hundir" el grupo de comunicación. Entre otras cosas, han publicado un listado de 12 directivos que son, según ellos, culpables de la mala situación del Grupo Zeta. Incluso, quienes visiten la página pueden votar para dilucidar quiénes son los directivos con más culpa. Una de las cuestiones más destacadas en esta web es que, según denuncian, la fortuna de Asensio sigue creciendo mientras solo ofrece recortes a sus empleados.